1 Pedro 5:8
“Sed sobrios, y
velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar”.
Este versículo
nos insta a estar siempre alertas y vigilantes contra los ataques de nuestro
enemigo el diablo. Debemos ser semejantes a un centinela o guardia que está
constantemente alerta para detectar la llegada de algún enemigo.
Los centinelas o
guardias se ubicaban en las rocas altas o en las ciudades amuralladas, siempre
se instalaban donde pudieran observar todo lo que sucedía alrededor. Cuando
llegaba alguien, él debía determinar si era amigo o enemigo y era el
responsable de dar la orden al portero de la ciudad para que abriese la puerta.
Imagínate lo que
pasaba cuando el centinela se quedaba dormido. Esto es lo que el pasaje de hoy nos
dice al mencionar “sed sobrios y velad”.
Muchos cristianos
que se “duermen” y descuidan, debido a los problemas y ocupaciones de la vida,
son victimas del diablo, quien se aprovecha de esas circunstancias tomando
ventaja y causándoles destrucción. Al enemigo siempre le gusta que los
centinelas se quedan dormidos y pasivos, pues de esa manera puede conquistar la
ciudad.
Dios nos ha puesto
como centinelas de nuestra vida, de todo nuestro entorno de: familia, economía,
hijos, estudios, ministerio, y sobretodo, de nuestra relación personal con el
Señor, para que nos protejamos de las garras del destructor.
Muchos nos quejamos
de los males que nos vienen y queremos ignorar que la mayoría de las veces fue
por causa de nuestra propia negligencia, por dormirnos y no hacer guardia y
detectar a tiempo el embate de las tinieblas.
¡Pongámonos
alertas y alistémonos en el Nombre de Jesús a cumplir la función de vigilar con
atención y esmero todo lo que el Señor nos da, Amen!
“Gracia y Paz”