LA FALTA DE PERDÓN LLEVARÁ A MUCHOS AL INFIERNO,
aunque se llamen “cristianos". Porque pedirle a Dios que perdone nuestros
pecados cuando nosotros no queremos perdonar aquellos que nos ofenden es pura
hipocresía. Lo único que demostramos es lo vacíos que estamos del Espíritu
Santo y lo muy llenos que estamos de orgullo y de soberbia, y es por eso que no
nos damos cuenta lo tan mal que estamos.
Pero eso sí… pensamos que todo mundo
está mal, menos nosotros. Cada quien debiéramos examinar como esta nuestra vida
delante de Dios y no caer en la falsa seguridad de que ya somos “salvos” por el
simple hecho de decir que somos “cristianos” y que ya no estamos en obligación
de vivir conforme a las escrituras.
Generalmente muchos de los que
piensan erróneamente que por como cristianos ya no hay obligaciones, ni condiciones,
se asocia al gnosticismo y, al parecer, está presente también en el neo-gnosticismo
de la Nueva Era y en otros sectarios. Ellos apelan a Romanos 7:6, pero sin
tener en cuenta Romanos 3:8, 1 Corintios 6:9-19; 10:23-24; y Gálatas 5:1-13.
Todo esto me refiere entonces a la
práctica (no bíblica) de vivir sin la debida consideración de la rectitud de
Dios, emplear la gracia de Dios como si fuera una licencia para pecar y confiar
en la gracia para ser limpios del pecado sin condiciones. En otras palabras, ya
que la gracia es infinita y somos salvos por gracia, entonces, para este tipo de
personas orgullosas, podemos pecar cuanto queramos y aún ser salvos. Y cuando
les amonestamos sobre la gravedad de sus acciones pecaminosas nos callan diciéndonos que lo que buscamos es "salvarnos por obras". Pero
sabemos que esa es una estrategia y cortina de humo tal como el "no me
juzgues...solo Dios me puede juzgar" para así ellos seguir en su pecado.
Para nosotros que nos oponemos
a estas ideas afirmamos que son erróneas porque, aunque como cristianos no
estamos bajo la Ley (Mosaica) (Romanos 6:14), somos llamados a cumplir la ley
del amor (Romanos 13:8,10; Gálatas 5:14,6:2). El cristiano debe amar a Dios con
todo su corazón, alma, fuerza y mente, y a su prójimo como a sí mismo (Lucas
10:27) y eso incluye el perdonar nuestras ofensas los unos a los otros. Lo realmente triste será ver en aquel día, al sonar la trompeta, cuantos se quedarán por las raíces de
amargura en su corazón al no expresar el amor de Cristo en sus vidas.
Precisamente en estos pasajes neo
testamentarios radica el fundamento contrario a estos que piensan que ya como cristianos
no estamos obligados a vivir en rectitud y una vida que agrada a Dios. El apóstol
Pablo nos advierte precisamente contra esas interpretaciones erróneas, miremos
lo que dice Romanos 6:1-2: "Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? "De ninguna manera! Porque los que hemos
muerto al pecado, cómo viviremos aún en él?". Lo que significa, para
algunos creyentes cristianos, no usar la gracia de Dios como una excusa para
pecar, sino para ser controlados por el amor de Dios y de esta forma traer el
fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-25).
De igual modo para otros, la
muerte del pecado es literalmente la abolición del mismo, la salvación
universal en la gracia y la integración absoluta de la creación en el proceso
de redención, independientemente de sus actos.
Tengamos cuidado con esa actitud de que como “mi salvación no depende de mis
actitudes pues hago lo que quiero”. Es cierto que la salvación es únicamente de
Cristo y Él es el que salva, más eso no nos da derecho de vivir la vida loca y
con esa actitud de que no perdonar a nadie, como si fuéramos niños caprichosos.
Estamos a tiempo, no debemos
resistirnos a perdonarnos unos a los otros para ser perdonados por Dios. El anhela
que vivamos en esta práctica que nos liberta.
Efesios 4:32
“Más bien, sean bondadosos y
compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó en
Cristo”.
Mateo 6:14
“Porque si perdonan a otros sus
ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial”.
Marcos 11:26
“Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.
Salmos 86:5
“Tú, Señor, eres bueno y
perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan”.
Miqueas 7:18
“¿Qué Dios hay como tú, que
perdone la maldad y pase por alto el
delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer
es amar”.
2 Crónicas 7:14
“Si mi pueblo, que lleva mi
nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo
escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”.
¡Gracia y Paz!
Tomado de: Marcos Sandoval Jr.
-Defensores de la San Doctrina