¿La curiosidad mató al gato?
La Biblia relata la vida de un
hombre llamado Zaqueo que era jefe de los cobradores de impuestos, era una
persona que tenía riquezas y vivía sin carencias. No obstante que tenía todo,
él sentía una falta en su corazón que debía ser llenada de amor. Zaqueo no era
del agradado de las personas porque se aprovechaba de ellas.
Un día cuando Jesús estaba
pasando por la ciudad de Zaqueo quiso
ver quien era Él. ¿Has escuchado el dicho que dice: La curiosidad mató al gato?
Estoy seguro que sí, muchas veces es mencionado en momentos cuando
alguien es entrometido en lo que no le concierne. En esta oportunidad la
curiosidad de Zaqueo no lo mató, es más, por causa de esto la salvación llegó a
su casa y su vida fue transformada para bien.
“Entonces Zaqueo, puesto en pie,
dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en
algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy
ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham” (Lucas
19:8-9).
La curiosidad de este hombre
lo llevó a subirse a un árbol, ahí fue donde Jesús lo vio y le dijo que era
necesario que Él entrara en su casa. Hoy
necesitas hacer un poco de esfuerzo
porque el Señor quiere entrar a tu
corazón para cambiarlo y limpiarlo, sé un curioso de las cosas de Dios y de su
palabra porque eso no te matará; sino te dará vida eterna.
“Porque el que me halle, hallará
la vida, Y alcanzará el favor de Jehová” (Proverbios 8:35).
¡Gracia y Paz!
Miguel Ángel Veizaga