miércoles, 20 de febrero de 2013

“BIENAVENTURADO AQUEL CUYA TRANSGRESIÓN HA SIDO PERDONADA Y CUBIERTO SU PECADO”



No hay nada en todo el universo que traiga mayor felicidad que el perdón de Dios. El rey David cedió al horrible pecado del adulterio y el asesinato. Durante un año o más reprimió el sentimiento de culpabilidad y cubrió su pecado, tratando de continuar como si no hubiera pasado nada. Su cargo requería que se comportara con dignidad, y que sonriera aparentando felicidad, serenidad y cordura. Pero finalmente la culpabilidad del pecado estrechó su garra sobre él, y experimentó intensamente la amarga devastación del alma que causa el pecado. Ni el más lujoso automóvil, ni la más rica mansión le habrían podido hacer feliz, cuando percibió la gangrena que afectaba a su corazón.

Al experimentar el perdón de Dios, escribió: "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día, porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedales de verano" (Salmo 32:1-4).

El perdón es maravilloso, pero hay otra dimensión implicada: el borramiento de los pecados. Es simultaneo con la dádiva de Dios (y la recepción por parte de la iglesia) de la lluvia tardía, que prepara al pueblo de Dios para enfrentarse victorioso a los últimos acontecimientos de la historia de esta tierra. "Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, y vengan los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor" (Hechos 3:19). Cuando Dios nos perdona, extirpa el pecado de nosotros y lo arroja al fondo del mar, lugar en donde nadie puede encontrarlo, ni siquiera él mismo. Pero NOSOTROS sí podemos desenterrarlo, tal como hizo Judas Iscariote (quien había sido bautizado y ordenado, y hasta había obrado milagros). Podemos crucificar de nuevo al Hijo de Dios, exponiéndolo a la burla (Hebreos 6:6).

El "borramiento de los pecados" es plural, subjetivo; afecta al propio santuario celestial. Es el significado de Daniel 8:14: "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado". El perdón de los pecados nos libera; el borramiento de los pecados libera a Dios (en cierto sentido). En Cristo, Dios ha tomado sobre sí la carga de los pecados de su pueblo, en su controversia con Satanás. En el Día de la Expiación en el que estamos viviendo, nos sometemos gustosos a la obra profunda de limpieza del corazón efectuada por nuestro Sumo Sacerdote en el santuario celestial, en preparación para su segunda venida en gloria.

Cuando el pecado es totalmente erradicado del corazón de los creyentes que forman el pueblo de Dios, queda por fin demostrado que el evangelio es poder de Dios para salvación para todo aquel que cree, queda demostrada la eficacia del sacrificio de Cristo y reivindicado todo el plan de la salvación. Cristo obtiene la victoria sobre Satanás en la humanidad, único terreno en donde el pecado se había hecho fuerte, y Dios queda glorificado ante el universo, libre de la acusación de Satanás de que lo único que pueden hacer los hijos de Dios es seguir pecando, es decir, seguir viviendo según el sistema de egoísmo que él mismo inventó.

"En este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová" (Levítico 16:30). "Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales" (Efesios 3:10).


“Gracia y Paz”

¡¡DIOS NO QUIERE UNA SEMANA SANTA, DIOS QUIERE UNA VIDA SANTA!!



Apocalipsis 22:11-15
“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira”.

“Gracia y Paz”

MUCHO CUIDADO CON LAS FALSAS DOCTRINAS



Gálatas 1:6-12
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”.

Una revista británica publicó hace algunos años un artículo titulado: “Cree su propia religión”. Su autora escribió: “Yo no logro entender como la gente se puede dedicar a una sola religión y esperar que conteste todas sus oraciones y que supla todas sus necesidades. No dudo que Jesús fuera el Hijo de Dios, pero creo que también hubo muchos hijos, e hijas, de Dios”. Más adelante concluye esta autora: “Me he convertido en una especie de urraca teológica que toma trocitos de diferentes religiones, las cuales suplen mis necesidades”.

Esta mujer, sin duda alguna, estaba totalmente equivocada en su conclusión de que es necesario tomar “trocitos de diferentes religiones” para suplir nuestras necesidades espirituales. Con frecuencia escuchamos declaraciones similares a estas de personas que desconocen la verdad del evangelio, pero lo más triste y lamentable es cuando provienen de lideres cristianos, los cuales, con el fin de hacer más atractiva su predicación, alteran la pureza del evangelio y predican lo que piensan que a la gente les gusta escuchar, y no lo que deben escuchar. En relación a éstos, el apóstol Pablo escribe en el pasaje de hoy: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres?”

Los cristianos de Galacia conocían el verdadero evangelio, pero los falsos maestros lo pervirtieron afirmando que había que guardar la ley de Moisés para ser salvo. Pablo les dijo que esto era totalmente falso. El verdadero evangelio es el que él les enseñó, pues “no lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”, les dijo. De igual manera, en su carta a los corintios, Pablo escribió que “Cristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15: 4). Todo aquel que lo cree de corazón y confiesa con su boca que “Jesús es el Señor” será salvo, dice Romanos 10:9. Muchos han ignorado esta verdad y han sido victimas de falsos maestros que, con bonitas palabras, los han engañado diciéndoles lo que a ellos les agrada oír.

En su carta a los Romanos, Pablo les advierte acerca de estos individuos: “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Romanos 16:17-18). Y en su carta a su hijo espiritual Tito, Pablo se refiere a estos falsos maestros de la siguiente manera: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”. Entonces le aconseja: “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 1:16-2:1).

Todas estas advertencias debemos tomarlas muy en serio, y poner sumo cuidado en aprender la sana doctrina del evangelio expresada en la Palabra de Dios, meditando en ella y orando cada día de nuestras vidas. Entonces podremos rechazar con autoridad toda falsa doctrina que se nos presente.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me des el conocimiento y el discernimiento espiritual para poder rechazar inmediatamente todo aquello que difiera de la verdad y pureza de la sana doctrina que es tu Santa Palabra. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

RESPUESTAS A LA ORACIÓN



2 Crónicas 20:14-25
“Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión; Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén , no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová estará con vosotros. Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén  se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz. Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros: Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado. Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres  muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar: tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho”.

“Mi jefe es intolerable, Señor. Te ruego que me ayudes a conseguir otro empleo”.

“Señor, esta espalda me está arruinando la vida. ¡Ten misericordia de mí, y sáname!”

Todos los cristianos estamos de acuerdo con que Dios responde las oraciones. Sin embargo, hay quienes dirían: “Él responde la mayoría de las oraciones, pero no las mías”. Un creyente puede clamar a Dios con fervor sin recibir lo que considera una respuesta satisfactoria. El problema no es la falta de disposición o la imposibilidad de Dios de responder, sino más bien la palabra “satisfactoria”. Si venimos a Dios con una idea preconcebida de cómo debe resolverse nuestro problema, es probable que pasemos por alto la solución perfecta que Él tiene.

Supongamos que el rey Josafat hubiera determinado que Dios sólo podía responder su oración dándole a su ejército más aguante para la batalla que se avecinaba. Habría convocado a un consejo de guerra y armado a sus soldados. Pero la solución de Dios era enviar a un coro para cantar alabanzas y salvar a Israel. Si el ejército israelita hubiera ido a combate, habrían perdido Jerusalén.

A veces, no nos gustan las soluciones de Dios. Deseamos vernos libres de las dificultades, en vez de orar por una dosis extra de gracia para soportarlas.

Es normal querer que el Señor lo arregle todo, sin requerir esfuerzo de nuestra parte. Pero nuestra disposición de obedecer es clave para que la oración tenga respuesta. Cuando Dios nos diga cómo resolver nuestro problema, debemos actuar tal como Él dice, o nunca estaremos satisfechos.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

CONSERVAOS EN EL AMOR DE DIOS



Judas 1:21
“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna”.

Desde el punto de vista del compañerismo con Dios, Judas nos está diciendo, mantén bien tu vida espiritual, lee La Palabra diariamente, ejerce tus dones espirituales, y anda en el espíritu. También este versículo puede ser considerado como una advertencia contra la apostasía, pero es necesario tener en mente que Dios nos guarda en su mano. Jesús dice que sus discípulos no perecerán jamás, y estamos en la mano del Padre, y “nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. Por ejemplo, supongamos que un padre y su hijo de cinco años andan en un camino alto cerca de un barranco peligroso. Andan mano en mano y el padre le dice a su hijo, “Agárrate bien de mi mano porque te puedes caer”. Mientras dice esto, tiene firmemente apretada la mano de su hijo. ¿Acaso crees que el padre va a soltar la mano de su hijo? ¡De ninguna manera! Asimismo vemos que la advertencia es sincera y necesaria, pero el hijo está bien seguro por el padre. Todos los que son verdaderamente nacidos del Espíritu perseveran en la fe, mientras que el hipócrita y el discípulo falso se descubrirán en el día del juicio. este día se acerca. Prepárate.

“Gracia y Paz”
Un versículo de la Biblia cada Día