lunes, 24 de septiembre de 2012

LA PAZ DE DIOS


Jeremías 29:7
“Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”.

Hoy en día conseguir la paz no es cuestión fácil y reconocer que Cristo vino como Príncipe de Paz no garantiza que la paz llegará  en forma automática a nuestras vidas. Para sentir la paz hay que estar unidos con Cristo en una fe activa y presente. Es creer que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, y así somos justificados por la fe y así tenemos paz con Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:1.

Junto con la verdadera fe, debemos andar en obediencia a sus mandamientos a fin de vivir en paz. El Señor demanda que oremos por la paz, que la paz gobierne nuestro corazón y hacer todo lo posible por vivir en paz con los demás. En el nombre de Jesús, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

NOQUEAR LOS CELOS


1 Corintios 3:3
“… pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”

Se cuenta la historia de dos comerciantes que eran rivales acérrimos. Pasaban todos los días vigilándose mutuamente. Si a uno le llegaba un cliente, le sonreía de manera triunfante y sarcástica a su rival.

Una noche, un ángel se le apareció a uno de ellos en un sueño y le dijo: «Te daré lo que pidas, pero, de eso, tu competidor recibirá el doble. ¿Qué quieres?». El hombre frunció el ceño y, después, respondió: «Haz que me quede ciego de un ojo». ¡Esto sí que son celos de la peor clase!

El autodestructivo sentimiento de celos tenía suficiente potencial como para destruir la iglesia de Corinto. Estos creyentes habían recibido el evangelio, pero no habían permitido que el Espíritu Santo les cambiara el corazón. Como consecuencia, tenían celos unos de otros, lo cual produjo una comunidad dividida. Pablo identificó este sentimiento como una señal de inmadurez y mundanalidad (1 Corintios 3:3). No estaban actuando como personas que habían sido transformadas por el evangelio.

Uno de los indicadores más evidentes de que el Espíritu Santo está obrando en nuestra vida es estar contentos con lo que tenemos y agradecidos por todo. Entonces, en lugar de sentir celos, podremos alegrarnos genuinamente de los beneficios y las bendiciones de los demás.

El remedio para los celos es la gratitud a Dios.

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LEA: 1 Corintios 3:1-10

Biblia en un año: Oseas 5–7
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

EL AMOR Y CUIDADO DE DIOS


1 Pedro 5:7
Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Para el verdadero cristiano no hay ningún lugar para tener lastima de sí mismo, diciendo “Ay, de mí. Pobrecito” Nada de eso. Nuestros pecados son perdonados, el cielo es nuestro hogar, y Dios mira por nosotros. Es verdad que vivimos en un mundo turbado y en una sociedad que se está deteriorando cada vez más. Cada noticiero que vemos o escuchamos nos trae nuevas preocupaciones de la dirección de nuestros gobiernos, de la capacidad y habilidad de nuestros líderes y la falta de moral en nuestra sociedad. Pero entre la decadencia moral, los problemas económicos, y las malas noticias en todos lados, todavía hay buenas noticias: LAS BUENAS NUEVAS. Es la definición del evangelio: que Jesús nos ama y que se entregó por nosotros, nos está preparando un hogar en el cielo, y el Padre nos quiere y ve nuestras preocupaciones diarias.

Si de veras perteneces a Él, Él mira tus preocupaciones y problemas y desea que acudas a Él para su ayuda. Él está muy contento cuando caminas en la luz de Su Palabra, y cuando clamas a Él por su ayuda. Por eso……… “Echa toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” Amén.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día