¡EL DOLOR ES PASAJERO, CRÉELO!
Todas las pruebas dolorosas que vivimos a lo largo de nuestra
vida son los medios que Dios usa para hacernos madurar en la fe y en la
paciencia. Humanamente hablando pareciera que se trata de situaciones
interminables, dolorosas e imposibles de resolver. Sin embargo Dios nos dice:
“…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la
paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os
falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
El “sumo gozo” es resultado de la paz que podemos tener
en Dios, independientemente a las circunstancias presentes.
El “sumo gozo” es la reacción espontánea que un alma
llena de Dios tiene cuando enfrenta la prueba.
El “sumo gozo” es la firme convicción que todo va
encaminado para bien, aunque en el momento no se comprenda por qué están
pasando las cosas.
El “sumo gozo” es creer que las promesas de Dios se van a
cumplir al pie de la letra.
Alegrémonos, pues en medio de esta situación insoportable
nuestra fe y paciencia se están perfeccionando.
En ninguna parte de la Biblia dice que estaremos exentos de
las pruebas. Al contrario, Dios nos previene a cada momento. He aquí dos
ejemplos:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En
el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria
eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo
os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:10).
¿Cuánto durará ese “poco de tiempo”? No lo sabemos, pero
incluso, ese “poco de tiempo” puede ser toda una vida; pues al final de cuentas
¿Qué son 80, 90 ó 100 años ante toda la eternidad? ¡Nada!
Si vemos la vida desde esta perspectiva, nuestra visión
cambiará totalmente. Recordemos que en esta tierra “somos extranjeros y
peregrinos” (1 Crónicas 29:15). Nuestra esperanza es llegar a la Patria
Celestial, por lo tanto: La noche es temporal, El dolor es temporal, La
incertidumbre es temporal, Las lágrimas son temporales, NUESTRA PRUEBA ES
TEMPORAL...
Todo en la tierra pasa, pero de lo que debemos tener la
plena certeza es que vendrá un momento en nuestra historia personal en que Dios
hará nuevas todas las cosas.
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no
habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras
cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago
nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y
verdaderas” (Apocalipsis 21:4-5).
Por lo tanto, es importante que tengamos la convicción de
que llegará un día en que Dios hará nuevas todas las cosas. Absolutamente diferentes
a como están en este preciso instante. En estos momentos estamos aun “en las
primeras cosas”, pero cuando éstas pasen, entonces vendrán las “nuevas cosas”.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en
nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros
las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son
temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 7:17-18).
¡Gracia y Paz!
Editado por Carlos Martínez M.
José Alfredo Liévano