“En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo:
Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu
Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los
etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha
gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en
tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su
poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has
hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.”
Muchos piensan que el favor de
Dios es algo automático para todos sus hijos, sin embargo la Biblia nos enseña que ese
favor se manifiesta solamente en aquellos que de todo corazón buscan el rostro
del Señor y son obedientes a sus mandamientos. Cuando el rey Asa comenzó su
reinado, asumió una actitud que agradó a Dios. Dice 2 Crónicas 14:2-4: “E hizo
Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los
altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó
los símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus
padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos”. En aquellos días vino
contra Asa y su pueblo un ejército etíope de un millón de hombres y trescientos
carros (2 Crónicas 14:9). A pesar de la situación desventajosa en la que se
encontraba, el rey salió a enfrentarse a sus enemigos clamando a Dios con estas
palabras: “Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu
nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no
prevalezca contra ti el hombre”. (v.11). Ante este sincero clamor salido del
corazón del rey Asa, y su demostración de verdadera fe, el favor de Dios no
tardó en manifestarse. Dice el próximo versículo: “Y Jehová deshizo a los
etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes”.
El pasaje de hoy nos muestra una
actitud totalmente diferente de parte del rey Asa. Habiéndose presentado una
situación de guerra similar a la anterior, esta vez optó por buscar alianza con
el rey de Siria, en lugar de clamar, como lo hiciera anteriormente a Jehová de
los ejércitos, el Dios todopoderoso quien lo había librado de un ejército tan
numeroso y bien armado. ¿Por qué cambió Asa su actitud? Sólo Dios lo sabe. Pero
no debe extrañarnos, pues muchas veces, de manera inexplicable, nosotros
también nos olvidamos de las bendiciones que hemos recibido de Dios cuando
hemos clamado a él, y decidimos actuar basados en nuestra propia “sabiduría”.
Lamentablemente esta decisión siempre trae malas consecuencias. El vidente
Hanani le recuerda al rey Asa que cuando él se apoyó en Dios la vez anterior, a
pesar de que el ejército enemigo era “numerosísimo, con carros y mucha gente de
a caballo”, el Señor lo premió con la victoria. Sin embargo, en esta ocasión el
favor de Dios no estuvo con el rey Asa porque su mente y su corazón estaban
enfocados en otra dirección.
Dios es bueno, su amor excede
todo conocimiento, su misericordia es infinita, pero tenemos que entender que
el favor de Dios, ese regalo especial, está reservado para aquellos que le
buscan y obedecen sus mandamientos. El Salmo 5:12 dice: “Porque tú, oh Jehová,
bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”. Justo es
aquel que vive según la ley de Dios, cuyas acciones están de acuerdo al corazón
del Señor. Y Proverbios 12:2 declara que “el bueno alcanzará favor de Jehová;
mas él condenará al hombre de malos pensamientos”.
Reflexiona sobre esto por unos
minutos. Medita sobre tus acciones y tus actitudes en tu vida diaria. Pide
perdón a Dios por aquellas ocasiones en las que tus pensamientos y tus actos no
mostraron un “corazón perfecto para con él”. Y hazte el firme propósito de
mejorar tu vida espiritual, siendo más obediente y tratando de agradar a tu
Padre celestial.
ORACIÓN:
Padre santo, yo anhelo disfrutar de tus bendiciones y tu favor. Por
favor, ayúdame a obedecer tu Palabra en todas mis acciones y a actuar de manera
que mi testimonio sea agradable a ti siempre. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla.