sábado, 16 de junio de 2012

¿DESEAS TÚ EL FAVOR DE DIOS?



 2 Crónicas 16:7-9
“En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.”

Muchos piensan que el favor de Dios es algo automático para todos sus hijos, sin embargo la Biblia nos enseña que ese favor se manifiesta solamente en aquellos que de todo corazón buscan el rostro del Señor y son obedientes a sus mandamientos. Cuando el rey Asa comenzó su reinado, asumió una actitud que agradó a Dios. Dice 2 Crónicas 14:2-4: “E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos”. En aquellos días vino contra Asa y su pueblo un ejército etíope de un millón de hombres y trescientos carros (2 Crónicas 14:9). A pesar de la situación desventajosa en la que se encontraba, el rey salió a enfrentarse a sus enemigos clamando a Dios con estas palabras: “Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre”. (v.11). Ante este sincero clamor salido del corazón del rey Asa, y su demostración de verdadera fe, el favor de Dios no tardó en manifestarse. Dice el próximo versículo: “Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes”.

El pasaje de hoy nos muestra una actitud totalmente diferente de parte del rey Asa. Habiéndose presentado una situación de guerra similar a la anterior, esta vez optó por buscar alianza con el rey de Siria, en lugar de clamar, como lo hiciera anteriormente a Jehová de los ejércitos, el Dios todopoderoso quien lo había librado de un ejército tan numeroso y bien armado. ¿Por qué cambió Asa su actitud? Sólo Dios lo sabe. Pero no debe extrañarnos, pues muchas veces, de manera inexplicable, nosotros también nos olvidamos de las bendiciones que hemos recibido de Dios cuando hemos clamado a él, y decidimos actuar basados en nuestra propia “sabiduría”. Lamentablemente esta decisión siempre trae malas consecuencias. El vidente Hanani le recuerda al rey Asa que cuando él se apoyó en Dios la vez anterior, a pesar de que el ejército enemigo era “numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo”, el Señor lo premió con la victoria. Sin embargo, en esta ocasión el favor de Dios no estuvo con el rey Asa porque su mente y su corazón estaban enfocados en otra dirección.

Dios es bueno, su amor excede todo conocimiento, su misericordia es infinita, pero tenemos que entender que el favor de Dios, ese regalo especial, está reservado para aquellos que le buscan y obedecen sus mandamientos. El Salmo 5:12 dice: “Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”. Justo es aquel que vive según la ley de Dios, cuyas acciones están de acuerdo al corazón del Señor. Y Proverbios 12:2 declara que “el bueno alcanzará favor de Jehová; mas él condenará al hombre de malos pensamientos”.

Reflexiona sobre esto por unos minutos. Medita sobre tus acciones y tus actitudes en tu vida diaria. Pide perdón a Dios por aquellas ocasiones en las que tus pensamientos y tus actos no mostraron un “corazón perfecto para con él”. Y hazte el firme propósito de mejorar tu vida espiritual, siendo más obediente y tratando de agradar a tu Padre celestial.

ORACIÓN:
Padre santo, yo anhelo disfrutar de tus bendiciones y tu favor. Por favor, ayúdame a obedecer tu Palabra en todas mis acciones y a actuar de manera que mi testimonio sea agradable a ti siempre. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla.

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