Salmo 37:8
“Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo”
¿Te molesta ver cuánta atención
presta la sociedad actual a personas que defienden todo lo malo? Quizá se trate
de estrellas del espectáculo que ocupan la primera plana mientras fomentan
filosofías inmorales con su música, películas o programas. O pueden ser líderes
que abiertamente menosprecian los patrones de vida recta.
Sería fácil impacientarnos ante
esto y estrujarnos las manos desesperados, pero el Salmo 37 sugiere un camino
mejor. Escucha el sabio consejo de David: «No te impacientes a causa de los
malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad» (v. 1).
Aunque está bien ser «sal» y
«luz» (Mateo 5:13-14) en este mundo insulso y oscuro, para intentar
contrarrestar el pecado al reflejar la luz de Jesús donde sea posible, no
podemos permitir que fuerzas negativas nos hagan vivir enojados y airados
(Salmo 37:8). En cambio, debemos descansar en Dios y dejar que Él tenga la última
palabra respecto a los malignos: «… como la hierba verde se secarán» (v. 2).
Además, deberíamos adoptar el enfoque de David: (1) «Confía en Jehová, y haz el
bien»; (2) «te apacentarás de la verdad»; (3) «deléitate asimismo en Jehová»;
(4) «encomienda a Jehová tu camino»; y (5) «guarda silencio ante Jehová, y
espera en él» (vv. 3-7).
Tal vez no nos guste lo que vemos
y oímos de algunos aspectos de la sociedad, pero recuerda esto: Dios tiene el
control. Confía en que Él hará lo correcto y no te impacientes.
No desesperes ante la maldad; Dios tiene la última palabra.
>> Lectura: Salmo 37:1-11<<
“Gracia y Paz”
Reflexiones Cristianas
No hay comentarios:
Publicar un comentario