Mateo 7:15
“Cuídense de los falsos profetas, que vienen
a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”.
Nuestro redentor y salvador Jesucristo dijo que los
verdaderos creyentes se conocerían por sus frutos. Un falso maestro puede aparentar
tener fruto de cristiano pero tarde o temprano se descubrirá lo que
verdaderamente es. Una fuente no puede dar agua dulce y salada a la misma vez.
Los verdaderos siervos de Dios siempre darán un fruto espiritual, los falsos
maestros aparentan dar buenos frutos pero no podrán esconder sus frutos de
pecado y engaño. Solo escudriñando la Biblia podremos detectar a estos farsantes.
Aquí presentamos algunas características que distinguen a
los falsos maestros. Algunos presentaran todas las características y otros, quizás,
solo alguna de ellas pero de cualquier manera eso no significa que NO sea UN FALSO MAESTRO:
Apariencia de gran
espiritualidad y sabiduría divina.
Esta característica es una de las más sutiles utilizadas
por estos perversos engañadores. Los creyentes inmaduros siempre son impactados
con la espiritualidad de estos líderes y les llama mucho la atención que ellos
aparentan tener una relación con Dios que nadie más puede tener. (2 Timoteo
3:1-2; 5).
FALTA DE TEMOR Y SUMISIÓN A LA PALABRA.
La forma más directa para descubrir un falso maestro es
su reacción al ser enfrentado a la Palabra de Dios. El falso maestro no respeta
lo que la Biblia dice y la tuerce para poder acomodarla a su doctrina. Estos
acostumbran tomar versos fuera de su contexto bíblico para establecer sus
tradiciones de hombres. No están dispuestos a escudriñar la Escritura porque
para ellos su opinión es más importante que la Biblia. (1 Timoteo 4:2-4; 2
Pedro 3:14-16).
En la Biblia no hay versos en un vació. Un versículo de
la Palabra no puede ser utilizado para hacer a otro verso nulo y sin valor o
para contradecir una enseñanza clara de la Escritura. Cuando se hace esto, se
le falta el respeto a la Palabra de Dios. Un buen maestro armoniza todos los
versos de la Palabra sobre un tema bíblico para llegar a una conclusión
doctrinal sana y verdadera. Cuando la Biblia dice algo, el verdadero hombre de
Dios no lucha con ella, simplemente lo acepta, se rinde ante la Palabra. (2
Pedro 1:20-21).
FALTA DE TEMOR A DIOS Y LAS POTESTADES SUPERIORES.
Los falsos maestros son muy rápidos para decir "El
Señor me dijo…" o "Dios me dijo…" o "Dios me reveló…".
Estos demonios vestidos de cristianos toman el nombre de Dios en vano y hasta
dicen recibir revelación directa de Dios mismo. Aunque sus profecías no se
cumplan ni estén de acuerdo con la Palabra de Dios, estos no cambian ni su
rumbo ni su comportamiento, y continúan hablando de esta manera porque tienen
su conciencia cauterizada. Dios siempre ha establecido claramente que el hombre
que habla en nombre de Dios y lo que él tal habla no se cumple es un mentiroso
y un farsante. De acuerdo a la ley de Moisés tal hombre debía morir al
instante. (Deuteronomio 18:20).
USO DE PALABRERÍAS IMPRESIONANTES.
Las palabras de Pablo para Timoteo fueron claras y
directas. Ordena que Timoteo requiera a algunos que no enseñen doctrinas
diferentes y que no presten atención a fábulas y genealogías interminables
(palabrerías impresionantes). Cuando los creyentes se desvían de la verdad y la
simplicidad del evangelio, terminan desechando la fe y se apartan de su inicial
profesión. Estos siguen a estos falsos maestros que según la Biblia quieren
hacerse doctores de la Palabra y ni siquiera entienden ni lo que hablan ni lo
que afirman. (1 Timoteo 1:3-7).
FALTA DE RESPETO AL EVANGELIO.
Buscan prosélitos. A los falsos maestros no les interesa ganar
almas para el reino de los cielos, su mayor interés es el de sacar a los
miembros de otras iglesias para que sigan sus pasos de error. Para ellos el
tener como seguidores a los que fueron miembros de otras iglesias, es un gran
orgullo. Solo desean un grupo que les siga y por eso inventan nuevas doctrinas e
interpretaciones, siendo dirigidos por el mismo diablo. Estos son los que
pescan en peceras no en el mar. Además, estos farsantes tienen como única meta
llenar su bolsillo, ¡“Venden el Evangelio y hasta los clavos de la cruz”!. (Mateo
10:8; 2 Pedro 2:3).
EGOLATRÍA Y CONTROL.
El foco de atención de estos falsos maestros no es
Cristo, sino ellos mismos. Buscan alabarse y endiosarse, adorarse ellos mismos
como el centro de importancia. A menudo usan frases como "Yo hice",
"Yo fui", "Yo reprendí", Yo sane", "Yo
profetice", etc. Estos siempre están buscando una oportunidad para
ensalzar su nombre y su persona. Ellos son sus propios dioses, solo buscan la
codicia y hablan arrogantemente llenos de vanidad. (2 Pedro 2:14, 18).
El hecho de que algunos falsos maestros prohíban a sus
seguidores casarse, y que los manden a que se abstengan de ciertos alimentos es
indicio de "control" y "opresión". El evangelio de
Jesucristo no es un evangelio de opresión, control, o esclavitud. El verdadero
evangelio es libertad. Los falsos maestros son muy hábiles en manejar a sus
seguidores para mantenerlos intimidados.
Estos farsantes dicen que ellos son los únicos poseedores
de la verdad. Que ellos son los únicos verdaderos maestros, apóstoles o
profetas. Algunos amenazan a sus seguidores de que perderán su salvación si no
son parte de sus grupos y organizaciones; les prohíben tajantemente leer o
escuchar material que no sea de su organización o que enseñe en contra de esta;
también prohíben la relación y amistad con aquellos que no son de su grupo, o
mejor dicho, de su secta. Les prometen libertad a sus seguidores pero en realidad
lo que dan es esclavitud. (Judas 2:19).
Otra de las características de los falsos maestros es que
se concentran más en las “experiencias” y los “milagros” que en la verdad de la
Palabra. Estos son de aquellos que aparentan estar basados en la Biblia pero
solo buscan mover las emociones y los sentimientos de sus seguidores para que
no presten atención a la Palabra de Dios. Es cierto que el evangelio de Cristo produce
grandes experiencias y bendiciones y se efectúan grandes milagros, pero
solamente dentro del contexto de la Palabra. Estos hombres hacen énfasis en lo
carnal y material, no en lo espiritual.
Predican un evangelio fácil, de grande prosperidad y de
esta manera cautivan las mentes de los indoctos con promesas de grandes
soluciones a sus problemas.
De acuerdo a la Biblia, las experiencias del creyente son
a veces más dolorosas que agradables. El verdadero evangelio nos habla de bendiciones,
pero también de persecuciones y problemas. El verdadero creyente vive una lucha
espiritual constante contra las acechanzas del enemigo.
EL FINAL DE ESTOS FALSOS MAESTROS, PROFETAS, APÓSTOLES Y
MINISTROS NO ES NADA A DESEARSE.
La Biblia habla claramente acerca de su destino y es
triste que sus seguidores también tengan igual fin. Los falsos maestros no se
preocupan por estas advertencias porque según ellos, están en lo correcto y no
temen perecer. (1 Juan 2:18-19; 2 Pedro 2:12-13, 17; Judas 11-16).
Tengamos mucho cuidado de no estar o caer en una
congregación donde estén este tipo de falsos maestros, tengamos presente que Cristo
dijo que éstos tratarían de engañar "si fuera posible aún a los escogidos”.
Sin embargo un escogido no puede ser engañado. El escogido escudriña la Biblia
como aquellos de Berea (Hechos 17:11) para ver si las enseñanzas son así. El
escogido no cree en hombres, cree a la Palabra de Dios.
¡Gracia y Paz!
Aprendiendo la Sana Doctrina
Jorge L. Trujillo