¡QUE NADA NI NADIE TE ROBE LA PAZ!
Independiente de la situación por la que estés pasando
ahora, recuerda que Dios es Fiel, Justo y Misericordioso y que es el mismo de
ayer, hoy y por los siglos, que Él cabalga sobre los cielos para venir en tu
ayuda. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti y fuera de ti nada deseo en la
tierra? Sólo Él puede darnos palabras de vida eterna, sólo Él puede saciar la
sed que tenemos cada uno de nosotros. No cavemos para sí cisternas rotas que no
retienen el agua. En medio de nuestros problemas y dificultades, clamemos como
los ciervos por esas aguas, clamemos para que su presencia este en medio de
nuestras vidas, familias, salud, economía y en todas las áreas donde estamos
necesitando de un milagro. Y clamemos también para que ese primer amor por Él
no se vaya de nuestras vidas, que cada día tengamos más sed y hambre por su
presencia en nosotros.
¡Gracia y Paz!