Romanos 5:12
“Por tanto, como
el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
¿Sabes cuál es
el asunto teológico más difícil de explicar a los universitarios y a los
adultos jóvenes? Quizás pienses que es el concepto de la Trinidad o el
controversial tema de la seguridad de la salvación eterna. Pero por más difícil
que sea comprender estos dos asuntos importantes, ninguno de ellos es la verdad
más desafiante que debemos hacer comprender claramente a esta generación. El
tema más difícil de comunicar correctamente es el problema del pecado. El mundo
moderno ha tejido una red de relativismo en la que incluso muchos creyentes han
sido atrapados. Poco a poco los cristianos hemos ido aceptando ciertos
principios mundanos que nos han parecido inofensivos, pero que con el tiempo
han resultado ser mucho más peligrosos de lo que parecían.
La situación
actual del mundo con relación a su concepto del pecado puede compararse a un
experimento que se hizo hace un tiempo. Pusieron un sapo dentro de un
recipiente con agua. Comenzaron a calentar el agua a razón de una centésima de
grado cada segundo. El tiempo fue pasando, el agua se fue calentando y el sapo
no daba señal alguna de incomodidad. Al cabo de unas horas, sin embargo, el
animal estaba muerto dentro del agua la cual había alcanzado el nivel de
ebullición. El experimento demostró que la piel del sapo se fue adaptando a los
cambios progresivos de temperatura y por lo tanto no cumplió su función de
enviar al cerebro la señal del inminente peligro que implicaba el constante
incremento de la temperatura del agua.
El diablo ha
estado “calentando el agua” poco a poco y la humanidad (incluyendo a muchos
creyentes) no se ha dado cuenta del peligro. Sólo tenemos que fijarnos en las
cosas que se están viendo actualmente en la televisión. La inmensa mayoría de
ellas eran totalmente inaceptables hace solamente unos años. Sin embargo poco a
poco, de alguna manera se han ido aceptando como algo correcto. Y lo peor del
caso es que “el agua se sigue calentando” y el peligro de muerte es cada vez
mayor.
La mayor
estratagema del diablo es precisamente cegar el entendimiento de las personas
para que no vean la realidad del pecado. En 2 Corintios 4:3,4 dice: “Pero si
nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,
para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el
cual es la imagen de Dios”. Por eso es necesario mirar cada una de nuestras
acciones y las acciones del mundo que nos rodea bajo la luz del evangelio de
Cristo y su verdad absoluta, y no sobre la base de “la verdad relativa” que
predomina en el mundo. El problema es que si la conducta correcta es siempre
relativa a una situación particular, cualquier acción puede justificarse como
aceptable para “ese momento y lugar”. Pero si tú crees que la Palabra de Dios es la
verdad, debes aceptarla y obedecerla sin importar cuales son las
circunstancias. De lo contrario, estás pecando.
Pecar es
desobedecer la voluntad de Dios. Esto fue exactamente lo que sucedió en el
huerto del Edén. Dios había prohibido que comieran del fruto del árbol de la
ciencia del bien y del mal, y les había dicho que si lo hacían morirían. Cuando
Eva y Adán desobedecieron comiendo ese fruto, fueron echados del paraíso, es
decir hubo separación de Dios y el hombre. Esa es la consecuencia del pecado:
muerte espiritual. Así dice la
Biblia en Romanos 6:23: “La paga del pecado es muerte”.
Lee la Biblia diariamente, separa
un tiempo diario para orar y meditar en la Palabra de Dios y aplica esta palabra a tu vida.
Pronto comenzarás a conocer profundamente la verdad absoluta que es la única
que puede librarte de la esclavitud del pecado. Así dijo Jesús a un grupo de
judíos que habían creído en él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres” (Juan 8:31, 32). Entonces tendrás discernimiento para “ver” las
“asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).
ORACIÓN:
Amante Padre
celestial, te doy gracias por tu palabra que es la única verdad en este mundo.
Dame discernimiento espiritual para poder entenderla y dame la fuerza para
rechazar las mentiras de este mundo y vivir una vida que sea agradable a ti. En
el nombre de Jesús, Amén
“Gracia y Paz”
Dios te Habla