jueves, 18 de febrero de 2016
EL HOMBRE LLEGA AL COLMO DE SU NECEDAD CUANDO POR...
Es notable ver como existen personas tan inteligentes que
saben tomar decisiones perfectas en los negocios, o en sus profesiones. Son muy
sabios para resolver problemas científicos, sociales o políticos. Se desempeñan
como maestros excelentes y líderes brillantes, pero no pueden resolver sus
problemas matrimoniales, ni saben dar buenos consejos a sus hijos, y lo mas triste
y lamentable es que destruyen su salud por no poder dejar el cigarro, el
alcohol, o las drogas.
Truman Capote,
fue uno de los escritores norteamericanos más geniales. Sin embargo su
extraordinaria inteligencia nunca le dio sabiduría para superar sus problemas
con el alcohol, las drogas y el homosexualismo. Él se describió a sí mismo así:
"Soy alcohólico. Soy adicto a las drogas. Soy homosexual. Soy un genio".
Winston Churchill,
quién fuera Primer Ministro de Gran Bretaña, tuvo una de las vidas políticas
más extraordinarias, fue escritor, pintor, ganó el premio Nobel y hasta la
Reina de Inglaterra lo coronó caballero. Pero era adicto al tabaco y a beber
whisky hasta quedar inconsciente. Su inteligencia como político no pudo impedir
que en su vida privada fuera un necio.
La mayoría de las grandes personalidades de nuestro
tiempo, que brillan por su aventajada inteligencia que los ha catapultado a la
cima de la fama, no tienen ni siquiera la sabiduría más básica para resolver
sus problemas matrimoniales, sus adicciones más aberrantes, sus complejos, ni
han podido evitar que sigan cometiendo más errores en sus ya maltrechas vidas
personales.
Dios ha dado a todos los seres humanos inteligencia, pero
a los pecadores del mundo les ha privado de sabiduría, por esa razón mientras
más inteligentes son para lograr el éxito en las cosas del mundo, más necios se
vuelven para resolver sus problemas personales.
"Pues la sabiduría de este mundo es necedad para
Dios. Como dicen las Escrituras: Él atrapa a los sabios en la trampa de su
propia astucia. Y también: El SEÑOR conoce los pensamientos de los sabios, sabe
que no valen nada" (1 Corintios 3:19-20).
¡Gracia y Paz!
Tema de: Osvaldo Paiva
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