Efesios 6:1-4
“Hijos, obedeced en el Señor a
vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el
primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida
sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor”.
Ningún padre es perfecto. Pero
con la guía del Espíritu Santo, la
Biblia y mentores consagrados, un hombre puede convertirse en
un padre exitoso si decide guiar a sus hijos en las siguientes áreas:
Espiritualidad.
Ayude a sus hijos a poner su fe en Jesucristo lo más pronto posible, y crecerán
sabiendo que Él debe estar en el centro de todo lo que hacen.
Moralidad.
En los hogares donde se practica la honestidad, la pureza y la
fidelidad, los hijos aprenden a valorar la integridad y a escuchar su
conciencia.
Relaciones.
Enseñar acerca del amor, respeto y estímulo mutuo, es una buena preparación
para las amistades y el matrimonio.
Vocación.
Sea un ejemplo de cooperación y de un trabajo hecho "de todo corazón, como
para el Señor y no para los hombres" (Col 3.23), y sus hijos adquirirán
una sana ética del trabajo.
Finanzas.
Enseñe a sus hijos a manejar el dinero: ganarlo con honestidad, dar
generosamente, ahorrar inteligentemente y disfrutarlo con alegría (1 Ti 6.17).
Autoridad.
A menos que los niños aprendan a actuar correctamente bajo la autoridad--de sus
padres, la escuela, la iglesia y el gobierno--pueden volverse fácilmente unos
rebeldes. Los niños notan cuando hay una desconexión entre la conducta y las
palabras, y por eso es esencial darles un buen ejemplo.
La manera de edificar principios
en la vida de un niño, es por medio del precepto (la enseñanza) y la práctica
(el ejemplo). Los niños observan si nuestras acciones se compaginan con
nuestras palabras. Por eso, cada día es una oportunidad para enseñarles lecciones
sobre la vida.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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