Dios ama profundamente a las personas, y no quiere que
por causa de sus pecados sufran una eternidad en el Infierno. Dios te ha
llamado a ti para que hagas la diferencia, para que seas luz en medio de tanta oscuridad.
Mejora tu relación con el Señor y prepárate para cumplir con la Gran Comisión
que nos encomendó Jesucristo, la de salvar vidas.
Imagínate lo terrible que sería ver a tus familiares, amigos,
o conocidos, siendo atormentados por toda la eternidad en el infierno. Deja tu
zona de confort y predica las buenas nuevas de Salvación a cuantos sea posible,
sin miedo, recordando que el Evangelio de Jesucristo es Poder de Dios.
¡Gracia y paz!
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