Cómo
reconocer la voz de Dios
Mateo 16:21-25
“Desde entonces comenzó Jesús a
declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho
de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto,
y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a
reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te
acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí,
Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino
en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo
el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará”.
Desde muy temprana edad, un bebé
comienza a identificar las voces de sus padres y a distinguir sus voces de las
de otras personas. Del mismo modo, Dios nos ha dado la capacidad de reconocer
su voz. Con el tiempo, podemos aprender a discernir cuando Él nos habla por
medio de su Palabra, sus respuestas a nuestras oraciones, y a identificar a los
verdaderos creyentes.
Para identificar la voz de Dios, hazte
estas preguntas:
• ¿El mensaje es coherente con la Palabra de Dios? Al
examinar la Sagrada
Escritura , sabremos cómo rechazar la voz que nos dice que
estamos condenados (Romanos 8:1), y aceptar la verdad de que el Señor nos
perdona.
•
¿Lo que escuchamos contradice la lógica humana ? Si es así, eso puede venir
del Señor. Él nos dice que debemos poner la otra mejilla, amar a nuestros
enemigos, y que los últimos serán los primeros.
•
¿Las palabras de Dios discrepan de nuestros deseos carnales? Él quiere
que tengamos un gozo santo, y por eso se niega a complacer nuestros deseos
terrenales que están fuera de su plan.
•
¿Sus palabras desafían nuestra fe? Dios quiere crear en nosotros una fe
que profundice la relación que tenemos con Él.
• ¿Requiere de valentía para obedecer a Dios? Cuando Él habla,
normalmente es necesario que tomemos una decisión que exige un sacrificio o un
cambio de dirección.
Jesús es el Buen Pastor (Juan 10:11),
y Él promete que seremos capaces de distinguir su voz, para que podamos
seguirlo. Él no quiere que escuchemos a “extraños”, porque entonces seríamos
fácilmente extraviados (vv. 4, 5). ¿No quisieras tu dedicar tiempo a la Palabra de Dios, para que
puedas conocer su voz?
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario