“Cuando sopla el viento
del sur, decís: Hará calor; y lo hace. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el
aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?”.
Los
servicios meteorológicos nos indican con precisión el tiempo que hará. Las
previsiones son cada vez más fiables y ayudan a prevenir lo más temprano
posible las eventuales perturbaciones climáticas peligrosas.
“Sabéis
distinguir el aspecto del cielo”, dijo Jesús hace 2000
años. Hoy es más cierto que nunca, razón por la cual todos somos más
responsables de tenerlo en cuenta. Pero, ¿Qué dice el Señor a continuación? “¿Y cómo no
distinguís este tiempo?”. Nos damos perfectamente
cuenta de que el mal se extiende, ¿Pero quién puede prevenirnos de lo que
amenaza al mundo y a cada uno de nosotros personalmente? ¿Los discursos y los
«programas» políticos? ¿Los futurólogos de todo tipo?
Echemos
una mirada hacia arriba, más allá de las nubes, más allá de las estrellas. Hay
que escuchar el mensaje de Aquel que vive en el cielo, del que hizo los cielos
y la tierra. Su Palabra, la Biblia, nos revela quién es él, quiénes somos
nosotros, a dónde vamos, qué está preparado para los que creen en Jesús y para
los que lo rechazan.
No
sólo vale la pena, sino que es imprescindible y urgente escuchar y tomar en
serio las advertencias de Aquel que conoce todo de antemano. Nos habla porque
nos ama. Nos advierte sobre nuestra comparecencia ante el juicio final y nos
anuncia que “la gracia de Dios se ha manifestado para salvación”
por medio de Jesucristo (Tito 2:11).
“Gracia y Paz”
La Buena Semilla
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