Salmo 23:4
“Aunque ande en valle de sombra
de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado
me infundirán aliento”.
La figura del pastor con sus
ovejas es una imagen que se repite una y otra vez en la Biblia para mostrarnos la
relación existente entre el Señor y nosotros, sus hijos.
El pasaje de este día menciona
dos herramientas que todo pastor debe utilizar: La vara y el cayado.
Muchas veces pensamos que estas
herramientas son utilizadas para pegar y lastimar a las ovejas rebeldes, cuando
en realidad vemos que el pasaje dice que tanto la vara como el cayado infunden
aliento.
La obra poderosa de Dios en
nuestras vidas es entre otras cosas infundirnos aliento, en los momentos
difíciles, para no bajar los brazos y seguir adelante en la carrera de la vida.
Las ovejas (o hijos de Dios) pueden ser disciplinados, pero siempre con la
intención de dar corrección y aliento pero nunca destruir.
Quizás tú hayas pensado en estos
últimos tiempos que Dios quiere castigarte. Si tú eres un hijo o hija de Dios,
no vives bajo condenación sino bajo bendición (Romanos 8:1). El hecho de vivir
bajo la bendición de Dios, implica recibir Su disciplina formativa, para hacer
de ti una mejor oveja que vivas cada día con el aliento del cielo.
Dios te ama mucho más de lo que
tú te imaginas, por eso presta mucha atención a lo dicho hoy día para que
puedas cambiar tu perspectiva natural y ver la perspectiva sobrenatural de
nuestro Gran Señor. ¡El Señor, que es tu pastor, te ama y te infunde aliento
para vivir!
Oración:
Señor. Perdóname por verte como
alguien malo y destructor, cuando Tú eres en realidad un Dios de amor para con
sus hijos. Yo soy tu hijo y soy amado por Ti. Gracias por infundirme aliento de
vida para seguir adelante. En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.
“Gracia y Paz”
(Ritchie Pugliese)
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