Isaías 43-1-4
"No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y
tu me perteneces. Aunque tengas grandes problemas yo siempre estaré contigo;
cruzaras ríos y no te ahogarás, caminaras en el fuego y no te quemaras porque
yo soy tu Dios y te pondré ha salvo. Yo soy el Dios Santo de Israel. Yo te amo
y tu vales mucho para mí. Para salvarte la vida y para que fueras mi pueblo
tuve que pagar un alto precio"
Dios te ama y eres de un valor incalculable para él. Yo entiendo que es
difícil recibir un mensaje tan hermoso como este, cuando en la vida hemos
recibido desplantes, heridas, desprecios, humillaciones y uno que otro cariño espontáneo
de alguien que ya no está.
Como seres humanos caemos fácilmente en depresiones profundas y en
estados de desanimo que nos impulsan a destruirnos así mismo o a volcar ese
desamor en amargura contra los seres que nos rodean.
Sin embargo el gran amor de Dios nos levanta de cualquier sentimiento
de pequeñez porque tenemos un valor incalculable para él. Dios no solo perdona nuestros
pecados sino que además se olvida de
ellos, su inmenso amor nos da la certeza de que jamás nos dejara ni nos abandonara.
Caminara a nuestro lado en todo momento, aun en medio de las dificultades, de
los quebrantos y los dolores. Además de que nos sostendrá y nos levantará.
Déjate querer, déjate abrazar y confía en el Dios grande y
misericordioso quien ha tocado a tu puerta de muchas maneras. Dios te ama, Dios
ha estado contigo desde el vientre de tu madre. Dios es fiel y quiere que lo
recibas con amor para que pueda hacer obras en tu vida que jamás imaginaste.
Levántate y sal de ese estado de auto desprecio, rabia, resentimientos y
dolor. No alejes mas a los que te aman con tus acciones. Es hora de empezar a
caminar dejando el pasado atrás, sin anhelos, sin lágrimas, sin rencores. Si
quieres vivir en la dimensión del amor y convertirte en una vasija de amor para
otros, pídele a Dios, en el nombre de Jesucristo, que su santo Espíritu traiga
a tu corazón la verdad maravillosa del amor de Dios. Porque todo pasa y hasta
la belleza cansa pero el amor de Dios es para siempre.
“Gracia y Paz”
Reflexiones Cristianas
Paula A. Veja
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