“Así también los maridos deben de
amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo
se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y
la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo,
de su carne y de sus huesos”.
La causa principal del
enfriamiento en un matrimonio suele ser la rutina. Ambos cónyuges caen en un
estado de inconsciencia con respecto a la realidad de que el matrimonio es como
un organismo vivo que necesita alimento y cuidado permanente. La corriente de
la vida y las responsabilidades del diario vivir hacen que muchos matrimonios
pierdan interés en mantener la relación. Lo más grave es que esta situación es
generalmente inconsciente. Muchas veces hay enfriamiento en las relaciones matrimoniales
y si no se cuidan resulta ser muy peligroso.
Otra causa común del enfriamiento
matrimonial ocurre por conflictos no resueltos que van minando la voluntad de
uno de los dos o ambos. Esos conflictos no resueltos producen una especie de
resentimiento que si no se saca a la luz y se conversa, se va acumulando como
carga en una bodega y llega el momento en que la persona tiene una sensación de
cansancio y de asfixia y ya no quiere seguir compartiendo con el otro.
Frecuentemente ocurre que como
consecuencia de estos conflictos que no se resuelven y las constantes
discusiones, uno de los dos recibe atención de una tercera persona y esa
relación empieza a crecer aprovechándose de la negatividad en el matrimonio. En
este proceso naturalmente el cónyuge que está cayendo en la infidelidad se va
volviendo cada día más frío y más ausente en el hogar.
Cualquiera que sea la causa del
enfriamiento de uno de los cónyuges o de ambos, la medicina es la misma: Deben
ponerse de inmediato en campaña para defender el matrimonio. Esto implica un
cambio de actitud inmediato. En vez de pelear, asumir una actitud de conciencia
y buscar ayuda de consejería matrimonial, asistir a un curso para matrimonios, a
eventos Cristianos para Matrimonios, etc. Por si solos va a ser muy difícil que
puedan salir adelante. Por lo general cuando una pareja llega a ese punto de
enfriamiento en su relación, ya no tienen la fuerza emocional para arreglar las
cosas por si solos, ya que hay mucho resentimiento y además no tienen el
conocimiento ni las herramientas para salir adelante. Necesitan buscar ayuda
urgente.
Si uno de los cónyuges no quiere
buscar ayuda y el otro si, el que tiene la actitud de arreglar las cosas puede
buscar ayuda individualmente. Es bastante frecuente que cuando uno de los
cónyuges aprende a manejar los conflictos y cambia de actitud con guía y
soporte adecuado, el otro cónyuge nota el cambio y poco a poco se dispone a
aceptar también la ayuda.
No dejen que el enfriamiento en
la relación llegue a niveles muy profundos, porque entre mas distanciamiento se
dé, es más difícil y costoso es el regreso. Si ha habido enfriamiento en tu
relación matrimonial, reconócelo y busca ayuda de inmediato… por favor. Ora y
pídele dirección al Señor para encontrar la mejor ayuda disponible.
TU MATRIMONIO Y TU FAMILIA ES EL
TESORO MÁS VALIOSO QUE DIOS TE HA DADO. CUÍDALO.
“Gracia y Paz”
Edificando Matrimonios
conforme al propósito de Dios
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