Colosenses 2:13-15
“Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había
contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en
la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz".
En estos días recordamos el
evento de mayor importancia en toda la historia del Cristianismo: la muerte de
Jesús en la cruz del Calvario y su resurrección tres días después. Millones y
millones de personas en todas partes del mundo, incrédulos o practicantes de
otras religiones, ignoran la extraordinaria importancia de este acontecimiento.
Pero, ¿qué significa para nosotros los cristianos el enorme sacrificio de
Jesús? Esta fue la etapa final del plan de Dios para la salvación de la
humanidad. Según nos dice este pasaje, Jesucristo logró varias cosas en la cruz
del Calvario:
Primero: Pagó
con su sangre por todos nuestros pecados, levantándonos de la muerte en que nos
encontrábamos, y nos dio vida eterna. Correspondía a cada uno de
nosotros hacer ese pago puesto que todos, sin excepción, somos pecadores. Así
dice Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios". Además Romanos 6:23a dice que "la paga del pecado es
muerte...” Es decir, como todos somos pecadores, todos merecemos la muerte
eterna. Pero Dios, como un precioso regalo, ofreció a su Hijo con el fin de que
en lugar de condenación tuviésemos vida eterna. Así concluye Romanos 6:23b:
“…mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Segundo: Dejó sin efecto el
castigo que merecíamos por esos pecados, anulando el acta que declaraba nuestra
muerte y clavándola en la cruz. El apóstol Pablo utiliza esta alegoría
refiriéndose a una nota o documento firmado a mano por un deudor que reconoce
la deuda. Algo similar a lo que llamamos “pagaré”. El sacrificio de Jesús anuló
nuestra deuda y con ello eliminó la sentencia que pesaba sobre nosotros.
Tercero: Despojó a los
principados y a las potestades. La palabra griega usada en el original
se aplica al despojo de las armas y armaduras de un enemigo derrotado. En el
Calvario, los principados y las potestades, los líderes y autoridades del
ejército y del reino de Satanás fueron despojados de sus armas y de su
autoridad, de manera que ahora no tienen ningún poder para derrotar a quienes
han creído y aceptado el sacrificio de Cristo.
Pero eso no es todo; Pablo
escribe que “los exhibió públicamente”. En aquellos tiempos, cuando un general
romano volvía victorioso de una gran conquista, con frecuencia llevaba a cabo
un desfile triunfal. El vencedor y su ejército desfilaban por las calles bordeadas
por millares de personas que les aclamaban. Mientras los músicos tocaban sus
instrumentos, carros y soldados transportaban los tesoros tomados al monarca
vencido, y éste y sus generales eran conducidos encadenados, y su vergüenza era
expuesta públicamente. Esto hizo Jesús con el diablo y sus demonios,
“triunfando sobre ellos en la cruz”. El triunfo de Jesús en el Monte Calvario
fue completo y terminante. No debe haber la más mínima duda al respecto.
En el plan de Dios, la cruz dejó
de ser un instrumento de tortura y vergüenza para convertirse en su mayor
victoria, y como Jesús ocupó nuestro lugar allí en la cruz es, por lo tanto,
también nuestra victoria. Con la resurrección culminó la fase final del plan de
salvación de Dios para un mundo que le había dado la espalda, según lo expresa la Biblia en Juan 3:16:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Si has creído en Jesucristo como tu
Salvador personal, hoy puedes meditar en la cruz del Calvario sintiendo un
profundo agradecimiento hacia él por lo que hizo por ti. Si aun no lo has
hecho, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, confiesa con
tu boca que Jesús es el Señor e invítale a entrar en tu vida. Entonces serás
salvo, dice la Biblia
en Romanos 10:9-10.
ORACIÓN
Padre celestial, gracias infinitas te doy por haber enviado a tu Hijo,
a morir en la cruz por mí. Gracias por su resurrección. Ayúdame a corresponder
con mi obediencia a ese acto magnánimo de amor y misericordia. En el nombre de
Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
cristo muere en la cruz no para la salvacion
ResponderEliminarsino para que cada quien siga sus paso muriendo en su propia carnem cargando su.propia cruzm sintiendo los dolores del calvario. los pecados son limpiados por la sangre. pero el.impio sigue impio. solo que quien esta en la cruz ya no lo percibe. porque a la derecha de dios no hay dualidad. ni bien ni mal
solo el reino. que esta en la cruz misma en el eden. pensar en jesus como divinidad es negar su invitacion a negarse y cargar cada quien su cruz. que esta en el mismo fundamemto del hombre. en su ego. y asi el mundo es salvo en la cruz. desde la perspectiva personal. una muestra de que la creencia del cristianismo moderno es ilusorio. si fuesemos todos salvos desde hace 2017 años. el mundo seria un paraiso. pero sigue impio. porque nadie a develado el mensaje aun. c
es comico pensar como descartan la posibilidad de su propia crucificcion diciendo "jesus ocupo nuestro lugar alli por eso es victoria nuestra" crucificate!
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