Romanos 14:12
“Cada uno de nosotros dará a Dios
cuenta de sí”.
Gálatas 6:7
“No os engañéis; Dios no puede
ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.
La palabra «responsable» viene
del latín «responderé». Entonces, «ser responsable» significa: «hacerse cargo,
asumir las consecuencias de sus actos». Una persona responsable reconoce la
obligación de cumplir con sus compromisos y, eventualmente, reparar los errores
que haya cometido. Ella «asume», como decimos hoy en día.
La responsabilidad está ligada a
la libertad y a la dignidad humanas. Los hombres han sido creados libres y
conscientes de lo que hacen. Una de las paradojas de nuestra sociedad es que a
menudo reivindicamos en voz alta y con fuerza nuestra libertad, y al mismo
tiempo adoptamos actitudes cada vez más irresponsables.
Somos responsables ante nuestros
allegados y ante la sociedad, pero primeramente lo somos ante el Autor de
nuestra vida, Dios mismo. Cada uno de nosotros dará cuentas a Dios por todo lo
que haya hecho en su vida, y especialmente por su actitud respecto a Jesús y a
la obra que cumplió en la cruz.
Dios lo envió para que fuese
nuestro Salvador. Jesús aceptó el juicio divino contra nuestros pecados. Tomó
la responsabilidad que nosotros no podíamos asumir. Ahora todos somos
responsables de aceptarlo como Salvador y Señor. Entonces, al creer en él,
apoyándonos en su gracia, podemos asumir nuestras responsabilidades en todos
los ámbitos.
“Gracia y paz”
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