Deuteronomio 27:9-10
"Entonces Moisés y los
sacerdotes levitas hablaron a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha,
oh Israel. Hoy te has convertido en pueblo del Señor tu Dios. Por tanto,
obedecerás al Señor tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos que
te ordeno hoy".
Habían transcurrido casi 40 años
de la salida del pueblo de Israel de Egipto. Después de atravesar el desierto,
se encontraban ahora a punto de entrar en la tierra prometida. La generación
que había partido de Egipto había muerto en el camino, con excepción de Josué y
Caleb, que fueron obedientes a los mandamientos de Dios (Números 32:11-12). La
nueva generación necesitaba escuchar de nuevo las reglas del pacto que Dios
había hecho con el pueblo de Israel cuando les dijo: "Ahora pues, si en
verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre
todos los pueblos, porque mía es toda la tierra, y vosotros seréis para mí un
reino de sacerdotes y una nación santa" (Éxodo 19:5-6). Moisés les
recuerda todo lo que Dios les había prometido y la responsabilidad que ellos
tenían de cumplir con la parte que les correspondía. El pasaje de hoy es una
exhortación directa a la obediencia total a Dios como condición para que
pudieran entrar en aquella tierra y permanecer en ella.
El pueblo de Israel había sido
escogido por Dios con el propósito de que fueran sacerdotes que llevaran Su
palabra a todos los demás pueblos. Ellos serían su "especial tesoro",
les dijo, pueblo bendecido entre todos los pueblos. Pero esto implicaba una
responsabilidad. En el pasaje de hoy, Moisés y los sacerdotes levitas les
recuerdan: "Por tanto, obedecerás al Señor tu Dios, y cumplirás sus mandamientos
y sus estatutos que te ordeno hoy". El enorme privilegio de ser parte del
pueblo de Dios trae consigo deberes y responsabilidades. Si tú has aceptado a
Jesucristo como tu Salvador, has pasado a ser parte del pueblo de Dios a través
del nuevo pacto en la sangre de Cristo que fue derramada por nosotros. Y
aquellas mismas palabras pronunciadas por Moisés hace tantos siglos, son
efectivas para ti y para mí en la actualidad. Al ponernos debajo de la
cobertura, el cuidado y la provisión de Dios, tenemos la responsabilidad de
obedecer sus mandamientos. La obediencia nos permite recibir las bendiciones
que Dios tiene preparadas para nosotros. La obediencia abre las ventanas de los
cielos.
Muchas veces queremos recibir
todos los beneficios sin llevar a cabo nuestra responsabilidad. Pero no es eso
lo que dice la Palabra
de Dios. Deuteronomio 30:8-9 declara: "Y tú volverás a escuchar la voz del
Señor, y guardarás todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Entonces el
Señor tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en
el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra".
O sea, primero obedecemos y después recibimos las bendiciones.
Obedecer la voluntad de Dios trae
bendiciones a nuestras vidas, pero esta no debe ser la única razón de nuestra
obediencia. Si hemos llegado a entender el amor tan grande de Dios por
nosotros, y queremos corresponder a ese amor, y queremos agradarle tenemos que
obedecer su palabra. Así dijo Jesús en Juan 14:21: "El que tiene mis mandamientos,
y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él". Si amamos al Señor no nos
conformaremos solamente con conocer Su palabra sino que sentiremos el deseo de
obedecerla en todas las circunstancias. Entonces la gracia y el poder de Dios
se manifestarán sobre nuestras vidas abundantemente.
Hazte hoy el firme propósito de
leer la Biblia
diariamente, escudriñarla, meditar en ella, y obedecer al pie de la letra los
mandamientos y los estatutos de Dios que en ella están escritos. Entonces
caerán sobre ti y tu familia muchas bendiciones.
ORACIÓN:
Amante Padre celestial, ayúdame a conocer tu voluntad y a obedecerla en
todas las circunstancias, aún en contra de mi voluntad. Yo sé que entonces,
podré disfrutar ampliamente de tu amor y de tus bendiciones. En el nombre de
Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
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