Proverbios 14:12; 7:23
“El ave… se apresura a la red, y no
sabe que es contra su vida”.
Todos hemos oído hablar de las
plantas carnívoras, las cuales por su olor o la vivacidad de su color atraen a
los insectos, los encierran en su corola y los digieren. Esto nos hace pensar
en todas las seducciones a las cuales el hombre moderno está sometido. Desde la
radio hasta el Internet, pasando por la prensa, la televisión y las vallas
publicitarias que llenan las calles de nuestras ciudades, se nos promete éxito,
riquezas, libertad, victoria… con tal de que actuemos a nuestro antojo. ¡Todo parece
tan bello y atractivo!
A imagen de una planta carnívora,
Satanás, el príncipe actual de este mundo, atrae a sus víctimas y les ofrece
mil y una cosas, unas más atractivas que otras. Él es el mentiroso, el
engañador y el seductor. A través de las maniobras de todos los vendedores de
ilusiones, el objetivo de Satanás es conducir al mundo entero a la perdición,
llevando a sus víctimas a comer los frutos envenenados que crecen tras las
bellas flores que hizo que admirásemos. Sabe muy bien que “cada uno es tentado,
cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la
concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado,
siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:14-15).
Huyamos de las trampas de Satanás
y pongamos nuestra confianza en Dios, quien siempre nos dice la verdad; él
iluminará la salida del camino que emprendemos. Busquemos su pensamiento
leyendo la Biblia
en oración.
“Gracia y Paz”
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