¿Estás viendo lo que Dios te enseña?
Romanos 15:4
“Porque todo lo que fue escrito
en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio
de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”
Las palabras habladas se pueden
olvidar o se pueden modificar cuando se repiten. Sin embargo, las palabras
escritas no dependen de la memoria y no se pueden cambiar ni ignorar
fácilmente. Por eso se da tanta importancia a poner en “blanco y negro” los
acuerdos o contratos a los que dos o más partes han llegado después de un
cierto tiempo de negociaciones. De esta manera hay la seguridad de que lo
acordado no estará sujeto a cambios.
Dios conoce la importancia de
escribir sus palabras para las futuras generaciones. En el Antiguo Testamento,
cuando el Señor habló al pueblo de Israel, dijo a sus profetas que escribiesen
lo que él les había mostrado. Por ejemplo, después de haber derrotado a Amalec
y su ejército en Refidim, Dios le dijo a Moisés: “Escribe esto para memoria en
un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del
cielo.” (Éxodo 17:4). Esto quedaría escrito para que, de generación en
generación, todos supieran lo que les esperaba a los enemigos del pueblo de
Dios.
En Jeremías 36:2-3 Dios le dice
al profeta: “Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te
he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el
día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la
casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su
mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.” En esta ocasión, lo escrito
fue una fuerte advertencia contra el rebelde pueblo de Israel, y el Señor les
está dando una oportunidad de arrepentirse y cambiar la dirección que llevaban.
Entonces, él perdonaría su maldad y su pecado.
El profeta Habacuc se quejaba con
Dios por la maldad del mundo y la aparente indiferencia del Señor ante los
abusos cometidos por los impíos sobre los justos. Mientras esperaba la
respuesta a su queja, el profeta declaró: “Velaré para ver lo que se me dirá.”
(Habacuc 2:1). Entonces Dios le mostró una visión de lo que sucedería más
adelante, y le dijo: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra
el que leyere en ella.” Y a través de los siglos hasta nuestros tiempos ha
permanecido esta palabra escrita.
También Dios le mostró al profeta
Isaías una clara visión del futuro, e igualmente le mandó a que escribiera para
las futuras generaciones lo que él había visto. Dios le dijo: “Ve, pues, ahora,
y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro,
para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.” (Isaías
30:8-9).
En el Nuevo Testamento, leemos en
2 Timoteo 3:16 que “toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” También el pasaje
de hoy dice que todo lo que está escrito en la Biblia es para nuestra
enseñanza, a fin de que aprendamos a tener paciencia, y que por medio del
consuelo que encontremos en esta santa palabra “tengamos esperanza.”
Jesús les dijo a sus discípulos:
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que
yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63). Cuando leemos la Biblia , no estamos leyendo
un libro cualquiera. Es la
Palabra de Dios, “viva y eficaz”, es el Espíritu Santo hablándonos
y haciéndonos “ver” la voluntad de Dios, sus respuestas a nuestras preguntas,
sus enseñanzas, sus instrucciones para vivir una vida de victoria y de
esperanza.
¿Quieres realmente ver lo que
Dios tiene que decirte? Busca el rostro del Señor en oración diariamente,
escudriña su Palabra en busca de vida y esperanza, mantente, como Habacuc,
firme y velando para ver lo que se te dirá. Y recibirás la respuesta que estás
esperando de una forma clara y precisa.
ORACIÓN:
Amante Padre celestial, te doy gracias
por tu Palabra porque es espíritu y es vida. Por favor dame un oído fino y una
visión clara para escuchar y ver lo que tú quieres enseñarme. En el nombre de
Jesús, Amén.
“Gracia y paz”
Dios te Habla
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