¿Eres
capaz de amar hasta que te duela?
1 Juan 4:7-11
“Amados, amémonos unos a otros;
porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos
también nosotros amarnos unos a otros.”
En una reunión de matrimonios,
algunos padres conversaban acerca de las dificultades y los sufrimientos que
les ocasionaba guiar a sus hijos en los años de la adolescencia. Uno de ellos
expresó: “Tal vez si no los amásemos tanto no sería tan doloroso.” ¡Cuánta
verdad encierran estas palabras! El amor duele, porque nos hace sensibles a las
cosas pequeñas que afectan a aquellos a quienes amamos, las cuales, de otra
manera, pasarían desapercibidas ante nuestros ojos. En su libro titulado “Los
cuatro amores”, el famoso autor irlandés C.S. Lewis escribió: “Amar es hacerse
vulnerable. Si amas algo verás cómo se atormenta el corazón, y hasta es posible
que te lo rompan. Si quieres cerciorarte de que permanezca intacto, no debes
darle tu corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente en
pasatiempos y pequeños lujos; evita todo enredo; asegúralo en el cofre o ataúd
de tu egoísmo. El único lugar fuera del cielo donde puedes estar perfectamente
a salvo de todos los peligros del amor es el infierno”. Claro que este consejo
no está de acuerdo a los principios cristianos, pero su fundamento no deja de
tener lógica.
En su primera epístola a los
corintios, capitulo 13, el apóstol Pablo dice que “el amor es sufrido...” La
palabra griega que se utiliza aquí describe una paciencia fuera de lo común. Se
dice del hombre que ha sido ofendido y que, teniendo poder para vengarse
fácilmente, no lo hace. Describe a aquel que es lento para el enojo. Es la
misma palabra que se usa para referirse a Dios mismo en su relación con los
hombres. El salmo 103:8 declara: “Misericordioso y clemente es Jehová; lento
para la ira, y grande en misericordia.” Esto es posible porque “Dios es amor”, dice
el pasaje de hoy. Amar implica correr riesgos, exponer nuestros corazones,
sacrificar algo valioso, soportar ofensas, traición, desilusiones. El amor
“todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, también dice
Pablo en esta primera carta a los corintios (1 Corintios 13:7).
¡Amar, a veces, duele mucho! A
Dios le dolió ver a su Hijo sufriendo horriblemente por llevar a cabo su plan
de salvación para un mundo que le había dado la espalda. A Jesús le dolió
enormemente su sacrificio, pero él no dejó de amarnos, incluso a costa de su
vida. En el camino al Calvario, nuestro Señor fue humillado, torturado y
finalmente clavado injustamente en la cruz. Allí él ocupó nuestro lugar, con el
fin de librarnos de la condenación y ofrecernos la vida eterna. Todo esto por
su indescriptible amor por nosotros. Y de esta manera, él nos manda que lo
hagamos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he
amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”
(Juan 15:12-13).
¿Crees que no eres capaz de amar
hasta que te duela? Acércate más a Dios. Permite que su Santo Espíritu te
envuelva en su amor, ese amor que “excede a todo conocimiento”. Busca el rostro
del Señor cada día de tu vida, lee la
Biblia , medita en ella, ora sin cesar. Verás que el amor de
Dios se hará real en tu vida en ti y podrás amar de la manera en que él te ama.
ORACION:
Dios de amor y de misericordia,
no tengo palabras con que agradecerte lo que has hecho por mí, a pesar de que
no merezco nada. Por favor ayúdame a mostrar ese amor a los demás en cualquier
circunstancia por dolorosa que esta sea para mí. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios Te Habla
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