“Nadie te podrá hacer frente en
todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te
dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a
este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a
ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a
toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra
ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Moisés, el gran líder del pueblo
israelita, había muerto y Dios decide nombrar en su lugar a un joven judío
llamado Josué. En este pasaje el Señor le habla al nuevo líder israelita y le
asegura que él estaría siempre a su lado, así como estuvo con su predecesor
Moisés. Dios lo exhorta a esforzarse y ser valiente y le da instrucciones
acerca de lo que debía hacer para que todo le saliera bien, es decir para que
los planes de Dios se llevasen a cabo a la perfección. Así le dice el Señor:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito.”
Al igual que hace muchos siglos
era de suma importancia que Josué meditara en las Escrituras y actuara conforme
a lo que en ellas estaba escrito, en la actualidad debe ser una prioridad para
todo creyente tener un tiempo diariamente en el que leamos la Biblia y meditemos en sus
enseñanzas. Ese tiempo invertido con el Señor es el secreto de la victoria en
nuestra vida cristiana. Cuando reflexionamos en la Palabra de Dios,
asimilamos las verdades de su corazón y podemos conocerlo mejor. Es esencial
que apartemos tiempo cada día para estar a solas con Dios. Mientras meditamos y
oramos, debemos estar quietos y escuchar su voz. Así dice el Salmo 46:10:
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.”
No debemos tener prisa mientras
meditamos. Todo aquel que está enamorado de alguien, desea pasar tiempo de
calidad con esa persona. Si amamos a Dios debemos disfrutar pasar tiempo con
él. Debemos absorber las Escrituras para conocer íntimamente al Dios que
adoramos. Esto requiere concentración, tiempo y sobretodo paz y quietud.
Meditar es escuchar la voz del Señor al leer las Escrituras, y permitir que él
hable a nuestros corazones. Significa ponernos a disposición de él para recibir
sus instrucciones y experimentar crecimiento espiritual. Esta es la primera
parte, después debemos obedecer estas instrucciones, como dice el pasaje de
hoy. Es decir, debemos ser “hacedores de la palabra, y no tan solamente
oidores”, dice Santiago 1:22.
En el pasaje de hoy, Dios le dice
a Josué que si él medita en su Palabra de día y de noche, y sigue fielmente las
instrucciones, “entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
También en el Salmo 1 encontramos esta promesa: “Bienaventurado el varón que no
anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de
escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y
en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes
de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace,
prosperará.” Está muy claro que si meditamos cada día en la Palabra de Dios, y
reflexionamos en sus enseñanzas y las ponemos en práctica en nuestras vidas,
recibiremos muchas bendiciones de Dios.
ORACION:
Bendito Dios, te ruego pongas en
mi corazón el deseo de pasar tiempo contigo cada día, y meditar en tu Palabra
para conocerte cada vez más. Por favor ayúdame a seguir fielmente tus
instrucciones para poder disfrutar de tus bendiciones. En el nombre de Jesús te
lo pido, Amén.
“Gracia, Misericordia y Paz”
(Dios te Habla)
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