Romanos 4:8
“Bienaventurado el varón al cual
el Señor no imputó pecado”.
La persona a quien se refiere en
este pasaje es a quien El Señor no le culpa por su pecado, es una persona quien
ha recibido Jesucristo como su Salvador. Los pecados de éste hombre fueron
puestos en Jesús quien pagó el precio, y ahora Dios le mira, o le juzga sin
culpa ni pecado tocante a la salvación de su alma.
Ahora bien, como cristianos,
cuando hacemos mal y cometemos pecado en esta vida, Dios nos castiga pagando
las consecuencias, pero en cuanto a la vida venidera, somos justificados por el
sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario.
Un pez fuera del agua es
miserable, y el Cristiano que se mete al pecado, Dios le castiga. Dice en 1
Corintios 5:5 que tal persona “será entregado a Satanás para la destrucción de
la carne, para que el espíritu sea salvo en el día de Señor Jesús”.
Te damos gracias Jesús por llevar
nuestros pecados en la cruz cruel del Calvario. Amén.
“Gracia y Paz”
Un Versículo de La Biblia cada Día (Versaday)
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