miércoles, 30 de mayo de 2012

CONSTRUIR UNA VIDA VALIOSA

1 Corintios 3:10
“… yo como perito arquitecto puse el fundamento...; pero cada uno mire cómo sobreedifica”.

A mis nietos les gusta jugar a un juego de construcción llamado Legos. Esos bloques pequeños y coloridos les despiertan la imaginación para construir fuertes, aviones, casas o cualquier cosa que aparezca en las instrucciones. Después de vaciar el contenido de la caja en el suelo, empiezan a unir los bloques, pero poco después, les parece que no necesitan consultar más las instrucciones. Al rato, esto los lleva al punto de darse cuenta de que construir según sus instintos da como resultado un final malogrado. Así que, lo desarman y empiezan otra vez… pero entonces, ya tienen una clara idea de la importancia de seguir las instrucciones.

¿Necesitas que las piezas de tu vida se desarmen y vuelvan a ser colocadas en su lugar según las instrucciones de Dios? Si tienes a Jesucristo como cimiento, empieza a seguir el diseño que Él tiene para ti. Pablo escribió: «… cada uno mire cómo sobreedifica…» encima del fundamento (1 Corintios 3:10-11). ¿Qué incluye ese diseño? Valorar a los demás al servirlos con humildad (Filipenses 2:3-4), dar generosamente de nuestros recursos para ayudar a los necesitados (Santiago 2:14-17), responder con amor a quienes nos hayan tratado mal (Romanos 12:14-21). Estas son solo algunas de las piezas que el Señor quiere que unas para construir una vida digna de ser su templo (1 Corintios 3:16).

La Biblia es el plano para que el creyente construya su vida.

“Gracia y Paz”
(Nuestro Pan Diario)

NO DURMAMOS COMO LOS DEMÁS

Romanos 13:11
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.”

¿Sabe usted lo que Napoleón dijo acerca de la China? “Allí yace un gigante durmiente, y déjenlo dormir, porque si él despierta, él hará temblar al mundo.”

Creemos que el diablo dice lo mismo acerca de la iglesia del Señor Jesucristo, y que la iglesia simplemente es eso, un gigante durmiente. Estamos dormidos porque hemos sido cloroformizados por el espíritu de esta era. Estamos bombardeados por todos lados por todo tipo de entretenimiento. ¿Sabe lo que la palabra “entretenimiento” significa? ‘No pensar’. Ésta se deriva de dos palabras: “muse” y “a”. “Muse” significa ‘pensar’, y el prefijo alfa o “a” que significa ‘no’. Somos una generación que entreteniéndonos caemos en el olvido. ¡Y es tiempo de despertarnos!

¿Está usted tomando la vida cristiana en serio? Si hoy fuese su último día sobre la tierra, ¿Cómo lo pasaría? ¿En entretenimiento? O, ¿en evangelismo?

“Gracia y Paz”
El Amor que Vale

MI PATRIA CELESTIAL

Colosenses 3:1-2
“Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.

Filipenses 3:20
“Nuestra ciudadanía está en los cielos”.

Cuando alguien se dispone a ir a un país lejano, y ante todo cuando piensa fijar en él su residencia, estudia la región, busca familiarizarse con el idioma y las costumbres del país.

Amados creyentes, ¿Consagramos suficiente tiempo a “las cosas de arriba”, al cielo, nuestra patria celestial? Parece que oigo su respuesta: ¿El cielo? ¿Cómo quiere que me lo imagine? ¡Ni siquiera los astronautas vieron gran cosa ahí arriba! Pero leamos todo el versículo citado: “Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. En el cielo tenemos, pues, a un ser querido, a un Salvador viviente que nos conoce personalmente, que nos ama y nos fijó allí una cita. ¿No sería esto el mayor motivo de gozo?

Si allá arriba está nuestro tesoro, allá también estará nuestro corazón. Debemos tomar posesión de ese lugar por la fe y con gozo santo. Esto no nos llevará a un misticismo soñador, sino que hará de nosotros unos siervos activos y fieles a nuestro Señor. Velemos, pues, para que veamos claramente. Hasta un objeto muy pequeño cerca del ojo nos oculta el sol. Son numerosas, variadas y hasta atrayentes las cosas que pueden distraernos en la tierra. Dejemos de lado todo lo que nos velaría la gloriosa persona de Cristo y las cosas que están arriba. En la Palabra de Dios las descubriremos por la fe.

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

LO ÚNICO QUE ÉL QUIERE DE USTED ES SU FE

Dios no quiere su casa, su carro, sus muebles, sus ahorros, sus posesiones. Todo lo que él quiere es su fe – la confianza fuerte de usted en la Palabra de Dios. Y tal vez esa sea la cosa que más le falta a las personas que parecen ser espirituales. Usted puede pensar que otra persona sea más espiritual que usted. Pero esa persona puede estar luchando arduamente para mantener una apariencia de justicia. Pero cuando Dios lo mira a usted, él declara, “He aquí un hombre o una mujer justa.” ¿Por qué? Usted ha admitido su incapacidad de llegar a ser justo. Y usted ha confiado en que el Señor le da su justicia.

Pablo nos dice que somos contados como justos en los ojos de Dios, por la misma razón que Abraham fue contado. “Por eso, también su fe le fue contada por justicia. Pero no solo con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes igualmente  ha de ser contada, es decir, a los que creemos en aquel que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro” (Romanos 4:22-24).

Puede que usted diga, “Yo creo esto. Yo tengo fe en que Dios resucitó a Jesús.” Pero, la pregunta para usted es, ¿cree usted que el Señor puede resucitar su matrimonio cuando está lleno de problemas? ¿Cree usted que él puede traerle vida a un familiar que está muerto espiritualmente? ¿Cree usted que él puede sacarlo del hoyo de un hábito que lo está debilitando? ¿Cree usted que él puede borrar su pasado maldecido y restaurarle todos los años que el gusano se ha comido?

Cuando todo parece sin esperanza – cuando usted está en una situación imposible, sin recursos, y sin ninguna esperanza por delante - ¿cree que Dios será su Jehová Jireh, y proveerá para su necesidad? ¿Usted cree que él está comprometido a cumplir sus promesas con usted – y que si aún una de sus palabras fallara, los cielos se derretirían y el universo colapsaría?

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿Qué haces para consolar al que sufre?

Job 13:1-13
“He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos. Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; no soy menos que vosotros. Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios. Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos. Ojala callarais por completo, porque esto os fuera sabiduría. Oíd ahora mi razonamiento, y estad atentos a los argumentos de mis labios. ¿Hablaréis iniquidad por Dios? ¿Hablaréis por él engaño? ¿Haréis acepción de personas a su favor? ¿Contenderéis vosotros por Dios? ¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre? El os reprochará de seguro, si solapadamente hacéis acepción de personas. De cierto su alteza os habría de espantar, y su pavor habría de caer sobre vosotros. Vuestras máximas son refranes de ceniza, y vuestros baluartes son baluartes de lodo. Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere.”

De todos es conocida la historia de Job, sus aflicciones, sus sufrimientos, la desgracia tan grande que cayó sobre su vida. En un período de varias semanas Job perdió todas sus propiedades, murieron todos sus hijos, y hasta perdió su salud, pues fue infectado con “una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”, dice Job 2:7. Y en medio de su dolor y de su angustia, hasta su propia esposa llegó a decirle: “Maldice a Dios, y muérete.” (Job 2:9). Esto llegó a oídos de tres amigos de Job, los cuales se llegaron a visitarlo. Dice el versículo 11 de este capítulo 2: “Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.”

Sin embargo, estos tres amigos comenzaron a recriminar a Job, prácticamente culpándolo de todo el mal que había caído sobre él, el cual según ellos era producto de su pecado. El pasaje de hoy nos habla de la reacción de Job ante esta actitud tan negativa de parte de sus amigos. Aquí les dice: “Ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos.” En lugar de consolarlo, sus amigos no hicieron más que aumentar su dolor.

El escritor Joe Bayly, quien sufrió la pérdida de tres de sus hijos, describió dos ejemplos de consuelo que recibió en su profundo dolor: “Una persona vino y me habló de cómo Dios trata con la gente, de por qué sucedió, de la esperanza que hay más allá de la tumba. Habló constantemente y dijo cosas que yo sabía eran verdad, pero no me conmovió, al contrario deseaba que se fuera. Otra persona vino y se sentó junto a mí. No habló, no hizo preguntas, simplemente se sentó a mi lado durante más de una hora. Me escuchaba cuando yo decía algo, contestaba brevemente; finalmente oró con sencillez, me abrazó cariñosamente y se fue. Eso sí me conmovió. Sentí consuelo en medio de mi dolor. No quería que se fuera.”

Job experimentó emociones similares. En su aflicción, él también hubiese preferido silencio de parte de sus amigos. Por eso les dijo: “Ojalá callarais por completo, porque esto os fuera sabiduría.” También el apóstol Pablo sufrió todo tipo de aflicciones, y experimentó el consuelo de otros, al igual que fue portador de consuelo para muchos que sufrían. Por eso pudo escribir: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” (2 Corintios 1:3-4).

Seamos sabios al consolar a aquellos que están pasando por momentos de sufrimiento en sus vidas. En ocasiones, unas palabras de aliento pueden ser de bendición para ellos; en otras ocasiones es preferible callar y simplemente mostrarles nuestro apoyo y nuestro amor. Pidamos al Dios de toda consolación que nos capacite para consolar, y su Santo Espíritu, el Consolador, nos moverá a hacer exactamente lo que esa persona necesita en ese momento.

ORACIÓN:
Padre de amor y de misericordia, Dios de toda consolación, hazme un instrumento tuyo, oh Señor, para llevar a aquellos que sufren el aliento y el consuelo que sólo tú puedes dar. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

La respuesta cristiana a la crítica

Proverbios 15:31-33
“El oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento. El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad”.

A nadie le gusta ser criticado, pero enfrentar críticas es inevitable, por lo que tenemos que aprender a responder de manera cristiana. A pesar de que usted se sienta tentado a ponerse a la defensiva o enojarse, mantenga la calma y escuche. Las palabras pueden herir, pero resulta muy beneficioso pensar con cuidado lo que escucha.

Si nos negamos a aceptar la crítica, limitaremos nuestro potencial para tener un carácter cristocéntrico y crecer espiritualmente. Algunas de las mejores lecciones de la vida vienen por medio de las experiencias difíciles. Si Dios permitió la situación, usted puede estar seguro de que Él quiere utilizarla para transformarle a la imagen de su Hijo. Si la crítica es legítima o no, o si es hecha con amabilidad o dureza, su meta debe ser responder de una manera que glorifique al Señor. Recuerde que usted es responsable solamente de cómo responda, no de la manera como la otra persona actúe.

Cuando sea criticado, guarde silencio y escuche hasta que la otra persona haya terminado. Haga contacto visual para demostrar atención y respeto. Cuando su crítico termine, déle las gracias por haber expresado su preocupación, y dígale que pensará en lo que dijo. Pregúntele al Señor si la acusación está bien fundamentada. Deje que Él escudriñe su corazón, ya sea para confirmar su inocencia o para hallarle culpable.

Cada crítica es una oportunidad que viene de Dios, para que brille su carácter cristiano, mostrando amor a su crítico. Si él le ataca con enojo, su respeto y su amabilidad serán un poderoso testimonio. La crítica es también una ocasión para enseñarnos humildad y aceptar la corrección del Señor.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria.

SALVACIÓN EN CRISTO


Isaías 12:3
“Sacaréis aguas con gozo de la fuentes de la salud”.

En lugares áridos y en desiertos, un arroyito o pozo de que el alma sedienta pueda refrescarse es un deleite. Este mundo con su pecado, sufrimiento y miseria es como un desierto árido, pero en este lugar seco y estéril nuestra salvación en Cristo es como un pozo grande, donde brotan aguas de bendición continuamente para aquellos que saben bajar su copa y saciar su sed con el agua de vida. Ve a este manantial, y refréscate diariamente.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día

martes, 29 de mayo de 2012


LA FORTALEZA DE UN HOMBRE

Jeremías 17:7
“Bendito el varón que se fía en el Señor, y cuya confianza es Dios”.

1 Juan 5:14
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”.


La fortaleza de un hombre no está en el ancho de sus hombros. Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan.

La fortaleza un hombre no está en lo profundo del tono de su voz. Está en la gentileza que usa en sus palabras.

La fortaleza de un hombre no está en la cantidad de amigos que tenga. Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijos.

La fortaleza de un hombre no está en como lo respetan en su trabajo. Está en como es respetado en su casa.

La fortaleza de un hombre no está en lo duro que puede golpear. Está en lo cuidadoso de sus caricias.

La fortaleza de un hombre no está en su cabello o su pecho. Está en su corazón.

La fortaleza de un hombre no está en las mujeres que ha amado. Está en poder ser verdaderamente de una mujer.

La fortaleza de un hombre no está en el peso que pueda levantar. Está en las cargas que puede llevar a cuestas.


Y por último, la verdadera Fortaleza de un Hombre no esta en confiar en sus propias Fuerzas. Está en poner su confianza en Dios.

“Gracia y Paz”

VIVIR A CORTO PLAZO

Efesios 2:12-13
“En aquel tiempo estabais sin Cristo… sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.

Muchas personas están inquietas respecto a la muerte y tratan, por todos los medios, de no pensar en ella. Disfrutan la vida esperando que será larga y feliz. En contraste con el animal, que no se hace preguntas sobre su condición mortal, el hombre posee la facultad de reflexionar, lo cual lo conduce a una verdad innegable: «un día me voy a morir».

Ante este hecho inevitable hay dos actitudes posibles. La primera es ignorar la muerte, la segunda es considerarla con realismo y prepararse para ella. Pero, ¿cómo? Es necesario escuchar a la única Persona que sabe lo que hay después de ella. Dios dice: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).

La Biblia, la Palabra de Dios, declara que existen dos resurrecciones: una resurrección de vida y una resurrección de condenación (Juan 5:29). La muerte sólo es el fin de la existencia terrenal. Dios quiere dar una vida eterna, y “esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11-12). Para el creyente, la muerte es tan sólo un pasaje para entrar plenamente en la presencia de Dios.

Pero el que decide vivir «a corto plazo» tiene ante sí la terrible espera de un juicio eterno (Hebreos 10:26-27). La diferencia entre el futuro del creyente y el del incrédulo es capital. ¿Cuál es su esperanza?

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

CONFIANZA EN DIOS




2 Corintios 3:5
“no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”

Pablo no está alardeando en esta carta dirigida a los Corintios, cuando el da a Dios la honra por todos sus logros. Mientras hoy los falsos maestros, pastores y predicadores, se sienten orgullosos de su poder y prestigio, Pablo expresaba su humildad delante de Dios.

Nadie puede considerarse capaz sin la ayuda de Dios. Nadie es competente para cumplir con sus propias fuerzas la responsabilidad para la que Dios nos ha llamado. Sin la habilitación del Espíritu Santo, el talento natural puede llevarnos al fracaso, pero la presencia del Espíritu Santo, que nos es dado nos guía a toda buena obra. Como testigos de Cristo, necesitamos el carácter y la fuerza especial que sólo Dios da.

Vivir por la suficiencia de Dios es una oportunidad profunda para relacionarse con el Señor en humildad y fe. Esta perspectiva celestial principia con una declaración de nuestra incapacidad personal para hacerlo.

Pero nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo. Podemos creer esto con toda confianza porque lo hacemos mediante Jesucristo y a la vista de Dios. No es que seamos idóneos por nuestros propios recursos para atribuirnos como mérito nuestro el impacto que hayamos causados, sino que nuestra competencia procede de Dios, que nos ha hecho capaces para ser ministros de la nueva relación que ha entrado en vigor entre Dios y la humanidad. Esta nueva relación no depende de un documento escrito, sino del Espíritu Santo que mora en cada uno de los creyentes, nacidos de nuevo.

Como seguidores de Cristo, tenemos ese recurso que ni los superhéroes podrían tener, el Espíritu Santo, quien nos capacita para afrontar nuestras deficiencias así como nos habilita para vivir en fe. Cuando aceptamos vivir por la gracia que Dios nos ha dado, nos lleva a conocer al Dios de toda gracia. Y es que conforme llegamos a conocer al Señor obtendremos como resultado que la humildad, fe y amor se desarrollaran en nuestra vida, esta es la obra de caminar con El.

Es verdad que nosotros discípulos de Cristo Jesús somos tan inadecuados que somos incapaces de producir algo de la vida Cristiana por nosotros mismos, si no estamos cimentados y unidos, al dador de la gracia. Jesús Mismo enseñó este hecho radical: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” Juan 15:5. Si abrazamos esta verdad, estaremos caminando en humildad y fe delante del Señor. Solo los recursos de Dios, son suficientes para producir la clase de vida espiritual fructífera que Dios nos llama a vivir.

La confianza de Pablo no era autosuficiencia, sino seguridad en la suficiencia del Espíritu de Dios, quien inunda de poder la vida. Los creyentes hoy sabemos que; si se nos deja a nuestra suerte, nos veremos obligados a vivir con la realidad de que nunca podemos será aptos para lidiar con la vida. Pero en la fortaleza de Dios, encontraremos todo lo necesario, para salir adelante en las tormentas de este mundo. No podemos cambiarnos a nosotros mismos. Y sin el Señor, no podemos hacer nada de valor para la eternidad. Pero por fe sabemos que Dios el Señor nos dará ampliamente lo que necesitamos, conforme a Su voluntad. No depende de nuestro correr, querer y hacer. Ya que por nosotros mismos no podemos vivir una vida agradable a Dios. Como cristianos renacidos, estamos completamente consientes que dependemos únicamente de la gracia de Dios y que solamente Él puede obrarlo en nosotros.

1 Corintios 15:10 “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí”.

“Gracia y Paz”

LO NECESARIO

Recientemente, volví a leer la historia de la vida de George Muller, el cual en los mediados de 1830, cuidó de más de 2000 huérfanos en Inglaterra – todo con fe en Dios. Muller era conocido como el hombre que recibió respuestas a sus oraciones. Antes de morir, él había hecho una lista en su diario de más de 50,000 respuestas a la oración.

Cuando le preguntaron cómo él determinaba la voluntad de Dios en cualquier cosa, Muller hizo una lista de lo que él consideraba que era necesario:

 1. “Yo pongo mi corazón en tal estado, que no tenga voluntad propia acerca de ninguna cosa.”

2.  “Yo no dejo los resultados a las emociones o simples impresiones. Eso puede abrirlo  a grandes desilusiones.”

3.  “Yo busco la voluntad de Dios a través de, o en conexión con, su Palabra. Si usted busca al Espíritu sin la Palabra, usted se abre a la desilusión.”

4.  "Yo considero las circunstancias providenciales (controladas por Dios).”

5.  “Yo le pido a Dios en oración que me revele su voluntad.”

 6.  “Yo me aseguro que tengo una conciencia clara ante Dios y los hombres.”

7.  “Cada vez que he escuchado a los hombres en lugar de Dios, he cometido errores serios.”

8.  “Yo actúo sólo cuando estoy con paz, después de mucha oración, esperando en Dios con fe.”

Aquellos que caminan por fe, buscando sólo la voluntad perfecta de Dios, son dolorosamente probados y tratados. Más y más en mi propia vida, estoy encontrando cuán importante es la oración ferviente y la lectura de la Biblia. Tristemente, no muchos del pueblo de Dios oran diligentemente hoy en día. En lugar de orar, hay muchas horas de Televisión y poco de esperar en Dios.

Cuando yo me entrego a la oración, mi fe se levanta. Y cuando me alimento de la Palabra de Dios, mi confianza en su poder para guiarme y ayudarme aumenta. El Señor se vuelve mi banquero, mi consejero, mi abogado.

Que usted lo encuentre haciendo lo mismo por usted.

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿Qué hacer cuando estamos angustiados?

Salmo 31:9-16
“Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; los que me ven fuera huyen de mí. He sido olvidado de su corazón como un muerto; he venido a ser como un vaso quebrado. Porque oigo la calumnia de muchos; el miedo me asalta por todas partes, mientras consultan juntos contra mí e idean quitarme la vida. Mas yo en ti confío, oh Señor; digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia.”

¿Cuántas veces nos hemos encontrado en una situación similar a la que David describe en este Salmo? Angustia, tristeza, dolor, miedo. ¿Cuántas veces hemos sido víctimas de calumnias y objeto de oprobio? ¿Cuántas veces hemos sentido que no tenemos fuerzas, ni ánimo, ni deseos de seguir luchando? "Se agotan mis fuerzas, y mis huesos se han consumido", se lamenta el salmista en medio de su frustración. A medida que los años se acumulan sobre nosotros, vemos con más claridad que situaciones como ésta, lejos de ser excepciones en la vida de una persona tienden a formar parte de su existencia con relativa frecuencia. ¿Qué hacer entonces?

"Mas yo en ti confío, oh Señor", declara David, "en tu mano están mis tiempos." En momentos de angustia y dolor como estos, la única fuente de seguridad, de apoyo y de socorro, es nuestro Padre celestial. En ese Dios todopoderoso estuvo fundado el consuelo y la fortaleza que David necesitaba. En las manos del Señor estaban sus tiempos, es decir él sabía que Dios tenía el control de su vida, de su presente y de su futuro. Una vez nosotros creemos esto de todo corazón, nos resulta más fácil venir a Dios en busca de ayuda.

¿Te sientes en estos momentos como el salmista? ¿Estás pasando por momentos muy difíciles? Recuerda que en las manos de Dios están tus tiempos. El sabe exactamente lo que te espera más adelante, y te ama tanto que desea lo mejor para ti. Pero a veces se requieren ciertos cambios en nuestras vidas que resultan dolorosos. Tan dolorosos como cualquier operación quirúrgica por medio de la cual esperamos obtener la sanidad que deseamos. Siempre hay un buen propósito detrás del dolor y la angustia de un hijo o una hija de Dios. Su Hijo Jesucristo ha sido el ejemplo perfecto de sufrimiento con el fin de ofrecer lo mejor que existe en esta vida: la salvación de nuestras almas, y con ella un lugar eterno en el cielo.

Si pudieras ver el propósito de tu dolor y sufrimiento desde el punto de vista de Dios, le alabarías con todo tu corazón. Esto es precisamente fe, tener la certeza, en medio de la prueba, de que algo bueno te espera, aunque no lo puedas ver, simplemente porque sabes que Dios quiere lo mejor para ti. Por eso David dijo: "Mas yo en ti confío, oh Señor." Espera confiadamente en el Señor. Las mejores cosas que llegan a nuestras vidas no son las que se producen porque nos salimos con la nuestra, sino porque dejamos que Dios se salga con la suya. Aunque el camino de la prueba, la tribulación y la tristeza a menudo parece duro y cruel, si ponemos nuestra confianza en Dios, al final encontraremos lo mejor para nosotros. Nunca olvides que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”, dice Romanos 8:28. El propósito de Dios siempre, escucha bien, siempre es bueno para aquellos que le aman y que le buscan día tras día.

Cree esto de todo corazón y aférrate de esta promesa. Dios jamás quedará mal contigo. Si te resulta difícil creerlo, y no encuentras paz en medio de la prueba, hazte el propósito de acercarte más al Señor y conocerlo mejor. Busca su rostro en oración cada día y medita en su Palabra. Su paz y su consuelo inundarán tu alma.

ORACION:
Padre santo, te doy gracias por darme la seguridad de que, en momentos difíciles de mi vida, puedo acercarme a ti en busca del oportuno socorro. Aumenta mi fe para no dudar un solo instante que todo lo que pase en mi vida, bueno o malo, resultará en bien para mí, porque en tu mano están mis tiempos. En el nombre de Jesús. Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

Cómo responder a las acusaciones

Lucas 12:11-12
“Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”

Cuando surge un conflicto, la reacción natural es defenderse. Sin embargo, los creyentes deben responder de manera diferente. Una vez, fui censurado públicamente por algo que yo no había cometido. Afortunadamente, el Señor me permitió mantener la calma en vez de reaccionar con enojo. Orar primero es la mejor respuesta en una crisis. Cuando lo hacemos, Dios nos da lo que no podemos conseguir por nosotros mismos.

Discernimiento espiritual. El Señor, que entiende perfectamente el origen de todos los problemas, puede darnos discernimiento más allá de nuestra limitada perspectiva. Tal vez hubo mala comunicación, celos por parte de la otra persona, o cometimos un error sin darnos cuenta. El Espíritu Santo puede mostrarnos cómo acercarnos a nuestro acusador, y a ver más allá de las palabras o acciones hirientes.

Un espíritu tranquilo. Nuestra naturaleza humana quiere reaccionar rápidamente para que podamos defendernos. Es por eso que primero debemos concentrar nuestra atención en el Señor y experimentar la paz interior que solo Él nos da (Juan 14:27).

Sabiduría. Jesús dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo les daría palabras de sabiduría cuando se enfrentaran a autoridades hostiles. Él hará lo mismo con usted. Pídale que ponga un sello en sus labios hasta que le muestre qué debe decir o hacer.

No tenemos que reaccionar a las críticas con ira, como hace todo el mundo. En vez de eso, estamos llamados a representar a Cristo en cada situación, dependiendo de Él. Al responder como Él diga, le glorificaremos y haremos que los no creyentes quieran conocer la fuente de nuestra fortaleza.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

Un Versículo de la Biblia cada Día

1 Juan 5:11
“Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo”.

La verdad, la realidad, la cosa más importante que debemos aprender en esta vida, la encontramos aquí mero en este versículo. Este versículo lo dice TODO. A veces en la corte dicen, “Deja ver el testimonio.” Bueno; Este ES el testimonio. ¿Y qué es? Que Dios nos ha dado vida eterna. ¿Y dónde se encuentra? “Esta vida está EN SU HIJO.

El versículo siguiente dice, “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” Fíjate bien. Es la verdad más importante que tenemos que aprender durante nuestra temporada aquí en la tierra, pero la mayoría no la comprende, o si en verdad comprende, deja deslizar día tras día sin un encuentro con Cristo; nunca se entrega a él, ni pone su fe en él para ser su Salvador, hasta que……ya es tarde; caen por el precipicio y se van cayendo a la eternidad sin vida ni esperanza. La vida eterna está en el Hijo. ¡Vida Eterna! Y tú puedes tener esta vida ahora mismo si recibes a Jesús en tu corazón por fe.

Jesús, ven a mí corazón. Yo creo que moriste en la cruz por mis pecados y te pido que me perdones y que me des vida eterna. Amén.

“Gracia y Paz”