Colosenses 4:6
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis
cómo debéis responder a cada uno”.
¿Recuerdas como fuiste impactado para conocer a Cristo? Cuando nosotros
tenemos el deseo de impactar a quienes nos rodean, a menudo nos inspiramos en
el ejemplo de las personas que han influenciado nuestras vidas. Muchos hemos
conocido a hombres o mujeres que crearon en nuestras almas el hambre de conocer
más a Dios. Al ver la diferencia que marcaron en nuestra vida, podemos
preguntarnos si podremos alguna día tener esa clase de influencia en los demás.
La respuesta es sí, porque el Espíritu Santo mora en cada uno de los que
seguimos a Cristo, haciendo posible que cualquiera de nosotros sea útil. Puede
ser tan fácil como decir palabras amables. Por ejemplo: si tu notas que alguien
está deprimido o atribulado por las circunstancias que se están dando en su
vida, tienes la oportunidad de decirle: “Quiero que sepas que aunque las cosas
lucen sombrías en este momento, estoy orando por ti. Vas a salir bien de esto”.
Puede que esto no suene muy elocuente o profundo, pero imagínate a ti mismo
recibiendo ese aliento en un momento de necesidad. Entonces tendrás una idea de
cuán importantes pueden ser esas palabras.
Otra manera de lograrlo, es por medio de la Congregación a la
cual asistes. Cada semana, cuando des tu ofrenda, el Señor dispondrá los medios
para que ese dinero sea usado de maneras que tu nunca podrías medir. Él sabe
cómo multiplicar lo que tu das, para que vaya mucho más lejos de lo que puedas ver.
Puesto que Dios quiere que todos los creyentes tengamos un impacto para su
reino, Él espera que tu uses las habilidades y oportunidades que le ha dado.
¿Por dónde comenzar? Allí mismo donde estás ahora —empieza a hacerlo iluminando
el lugar donde vives.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario