Romanos 12:17
“Procurad lo bueno delante de todos
los hombres”.
He aquí algunos extractos de una
entrevista realizada a un cantante: «Tengo la suerte de hacer lo que me gusta:
cantar, tocar un instrumento, viajar mucho y hacerme amigos. Pero cada vez que
vuelvo a verlos, todos me dicen lo mismo: Todo va de mal en peor, la situación
se ha empeorado… Si mis amigos me preguntan: ¿Qué hay que hacer?, les contesto:
Pongan su energía en su barrio. Cada uno en su barrio; ahí es en donde se
pueden hacer muchas cosas…».
Este consejo me recordó el coro de
una canción para niños: «En mi barrio hay mucha gente, ¡en mi barrio hay mucha
gente que se puede querer!». Efectivamente, la posibilidad de hacer bien
siempre está al alcance de nuestra mano.
Un proverbio de la Biblia dice: “En el rostro
del entendido aparece la sabiduría; mas los ojos del necio vagan hasta el
extremo de la tierra” (Proverbios 17:24). Ser inteligente consiste en hacer hoy
lo que uno tiene delante de sí, que es su responsabilidad. Por el contrario ser
necio es pensar que si uno estuviese en otro lugar, en otra situación, al
“extremo de la tierra”, sí que podría hacer el bien. También es argüir que en
otros tiempos la vida era más fácil, o que lo será mañana, para finalmente no
hacer nada.
No, es aquí y ahora que puedo
hacer el bien. La Escritura
es más precisa, pues afirma que tanto el bien como el mal se deciden en el
corazón de cada uno. El creyente recibe de su Maestro la fuerza para hacer el
bien… incluso en su propio barrio.
“Gracia y Paz”
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