martes, 12 de marzo de 2013

A ÉL SOLO SERVIRÁS



Deuteronomio 10:12
“Ahora pues Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma?”; eso es lo que Dios pide de su pueblo”.

Deuteronomio 10:20 dice: “A Jehová tu Dios temerás, a Él sólo servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás”; cuando dice a Él solo servirás está hablando de un servicio único, de un servicio exclusivo, ese servicio que se le rinde a Dios no lo puede recibir otro, cuando se refiere directamente a Él es un servicio único exclusivo, nadie más puede ser servido como se sirve a Dios.

Qué triste que muchas veces mostramos más interés en servirle a los hombres que servirle a Dios. A los hombres con mucho animo y entusiasmo y a Dios a veces con pereza, con desgano, y si nos queda algún tiempo. Pero para servirle a los demás siempre hay voluntad, tenemos ánimo para correr a lo que nos beneficia humanamente. La gente cuando tiene que cumplir un compromiso con el hombre madruga, pero el día que no tiene que trabajar o estudiar ese día no madruga, porque solamente madruga cuando es el trabajo o es un viaje, sin en cambio para el Señor no nos queda tiempo. Nos esmeramos porque vamos detrás de una recompensa, de que alguien se lleve un buen concepto de nosotros. Pero debes saber que Dios nos recompensará mucho más. Vayamos pues tras la recompensa que encontraremos halla en el reino de los cielos.

Nuestro servicio tiene que ser único, exclusivo y aceptable. Romanos 12:1 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”; un culto con entendimiento, con sabiduría, un culto aceptable que no va a ser rechazado, sino que va a ser tenido en cuenta porque ese es el culto que Dios quiere, eso es lo que Dios espera de nosotros que le ofrezcamos, Dios quiere un culto donde tiene que ver todo nuestro ser, un culto con todo nuestro entendimiento, con toda nuestra entrega. En Juan 4:23, leemos: “Porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”; anhela el Padre adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, en verdad porque hay gente que le sirve pero no de verdad.

La Biblia dice que había gente que le sirvió a Dios pero no de perfecto corazón, eso quiere decir, que le ofrecieron un culto no agradable, no le dieron la gloria que Él debería recibir. Dios tuvo que decir: “Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí” (Isaías 29:13); uno puede aparentar servir a Dios, pero de qué le sirve esa alabanza, ese culto no lo recibe el Señor porque no es de verdad. Dios habita en medio de la alabanza, por eso cuando uno alaba a Dios el cielo se abre, los demonios huyen, hay libertad, hay restauración, y hay vida. Cuando una Iglesia alaba y adora a Dios, no hay diablo que la pueda destruir. Cuando el pueblo alaba a Dios, su presencia se mueve, cae como el rocío. Cuando se alaba a Dios suceden cosas maravillosas.

Amados, a Dios hay que servirle de todo nuestro corazón. “Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros” (1 Samuel 12:24). Amén.


“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico

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