Deuteronomio 10:12
“Ahora pues Israel, ¿qué pide
Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus
caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma?”; eso es lo que Dios pide de su pueblo”.
Deuteronomio 10:20 dice: “A
Jehová tu Dios temerás, a Él sólo servirás, a Él seguirás, y por su nombre
jurarás”; cuando dice a Él solo servirás está hablando de un servicio único, de
un servicio exclusivo, ese servicio que se le rinde a Dios no lo puede recibir
otro, cuando se refiere directamente a Él es un servicio único exclusivo, nadie
más puede ser servido como se sirve a Dios.
Qué triste que muchas veces
mostramos más interés en servirle a los hombres que servirle a Dios. A los
hombres con mucho animo y entusiasmo y a Dios a veces con pereza, con desgano,
y si nos queda algún tiempo. Pero para servirle a los demás siempre hay
voluntad, tenemos ánimo para correr a lo que nos beneficia humanamente. La
gente cuando tiene que cumplir un compromiso con el hombre madruga, pero el día
que no tiene que trabajar o estudiar ese día no madruga, porque solamente
madruga cuando es el trabajo o es un viaje, sin en cambio para el Señor no nos
queda tiempo. Nos esmeramos porque vamos detrás de una recompensa, de que
alguien se lleve un buen concepto de nosotros. Pero debes saber que Dios nos
recompensará mucho más. Vayamos pues tras la recompensa que encontraremos halla
en el reino de los cielos.
Nuestro servicio tiene que ser
único, exclusivo y aceptable. Romanos 12:1 dice: “Así que, hermanos, os ruego
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”; un culto con
entendimiento, con sabiduría, un culto aceptable que no va a ser rechazado,
sino que va a ser tenido en cuenta porque ese es el culto que Dios quiere, eso
es lo que Dios espera de nosotros que le ofrezcamos, Dios quiere un culto donde
tiene que ver todo nuestro ser, un culto con todo nuestro entendimiento, con
toda nuestra entrega. En Juan 4:23, leemos: “Porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren”; anhela el Padre adoradores que le adoren en
espíritu y en verdad, en verdad porque hay gente que le sirve pero no de
verdad.
Amados, a Dios hay que servirle
de todo nuestro corazón. “Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con
todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros”
(1 Samuel 12:24). Amén.
“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico
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