Proverbios 12:4
“La mujer virtuosa es corona de
su marido”.
El día de ayer por la noche
asistí a la iglesia con mi esposa, llegué un poco tarde por cuestiones de
trabajo (para ser exacto ya estaban a media predicación), compartía la esposa
del pastor y pedía que pasáramos al altar para orar un momento, yo por recién
llegar al culto no le encontraba mucho sentido a pasar por que no me encontraba
aun en la total sintonía de lo que se estaba haciendo, pero mi esposa me tomó
de la mano y me pidió que fuéramos juntos al altar por oración.
Comenzamos a orar y lo que quiero
resaltar en esta oportunidad es que, además de orar por ella, ella luego oró
por mí, siempre procuramos hacerlo en casa antes de dormir (como pareja es
importante buscar a Dios para que bendiga todo lo que emprendamos) guardé
silencio para escuchar su oración y quiero compartirte que me quebranté al
escuchar a la mujer que Dios puso a mi lado para ser mi ayuda idónea: “Señor
bendice a mi esposo… gracias por que no dejaste que fuera cualquier persona,
sino un hombre de Dios, bendice su trabajo, dale sabiduría, que pueda guiar el
hogar” muchas pero muchas palabras mas de bendición a mi vida, ella se
encontraba llorando, aún mas, ella se encontraba intercediendo.
Mi pastor dice que la
responsabilidad de una madre de orar por un hijo no termina pero si es compartida,
en gran manera, con la mujer con la que éste se case, la responsabilidad de
orar ya no es tanto de la madre sino más bien de la esposa.
Una mujer que ora es una mujer
que tiene poder, que tiene autoridad delante de Dios y no es una simple oración
la que repite con sus labios, es el clamor de una mujer que se preocupa por su
esposo, que está interesada en realidad por que Dios haga un milagro en la vida
de ese hombre, es una mujer que mas allá del compromiso de buscar de Dios está
en la brecha para que su esposo pueda guiar correctamente el hogar.
No quiero equivocar a las esposas
en que la oración debe de ser solamente para poder cambiar a sus esposos,
inclusive hay mujeres que oran por tener el dominio sobre sus esposos, cuando
la palabra de Dios las llama a estar sujetas a sus esposo, eso sí, siempre y
cuando la autoridad delegada al esposo sea respaldada por Dios y que nunca dañe
su integridad como mujer.
En la Biblia encontramos ejemplos
de algunas buenas esposas: como Rebeca, hija de Betuel, y esposa para Isaac en
Génesis 22:23. Rebeca había preservado su virginidad hasta su matrimonio.
Manifestaba la pureza de vida. Fue una esposa casta; Rut, quien fue buena
esposa primeramente para Mahlón, y después de la muerte de él, para Booz. Rut
3:11 le describe como «una mujer virtuosa.»; Elizabeth, la esposa de Zacarías.
Eran los padres de Juan el Bautista. Lucas 1:6 dice que «ambos eran justos
delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y
ordenanzas del Señor.»
Otro ejemplo de una buena esposa
en la Biblia
es María, la madre de Jesús. Era virgen. Lucas 2:41 en adelante narra como era
fiel a su marido. Además, después del nacimiento de Jesús, María era buena
madre para sus hijos e hijas que tuvo con José (Mateo 12:46 y Mateo 13:55).
Invito a todas las hermanas
casadas a que continúen intercediendo por sus esposos, porque no se imaginas
las bendiciones que acarrean para ellos, sus oraciones logran que nosotros como
esposos alcancemos el favor de Dios, en otras palabras, la intercesión de una
esposa es de vital importancia para lograr la bendición de Dios juntamente con
su esposo… no en vano Dios les llamó “ayuda idónea” porque me atrevo a decir
que aquellas mujeres entregadas a Dios completamente son eso “ayudas idóneas”.
El que halla esposa halla algo
bueno y alcanza el favor del Señor
Gracias Dios por darme a la mejor
esposa del mundo… por prepararme mí ayuda idónea.
“Gracia y Paz”
por Rene Pleitez.
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