Jeremías 29:11-13
“Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a
mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo
vuestro corazón”.
A diferencia de la voluntad
expresa, la voluntad tácita de Dios nos brinda la alternativa de hacer las
cosas siguiendo nuestra voluntad o la de Él. El Señor crea un plan específico
utilizando los dones y talentos especiales que tienen los creyentes, y desea
compartir su voluntad tácita para que podamos tener vidas victoriosas.
Primero, Dios desea que
obedezcamos las leyes morales, como los Diez Mandamientos, que se aplican a
todo el mundo. En la Biblia ,
encontramos principios que pueden traer gozo y significado a nuestras vidas,
tales como el mandato de dar siempre gracias y de poner de lado el rencor en
favor del perdón (1 Tesalonicenses 5:18; Efesios 4:31, 32).
Seguir estos principios básicos
nos permite descubrir la segunda parte de la voluntad tácita de Dios: sus propósitos
para nuestra vida personal. Un buen ejemplo es la vocación. Antes de que
naciéramos, Dios nos predestinó para que tuviéramos habilidades, talentos y
dones espirituales, que se adaptan a ciertos tipos de trabajos.
Por último, la voluntad tácita de
Dios está activa en nuestra vida diaria. Lo que nos interesa a nosotros también
le interesa a Él, no importa lo trivial que sea. Por ejemplo, todos hemos orado
desesperados cuando no encontrábamos algo que estábamos necesitando. Muchas
veces, encontramos el objeto en cuestión de segundos porque el amoroso Padre
nos llevó justo adonde estaba.
El Señor quiere actuar
poderosamente en nuestra vida, y Él enviará bendiciones si le obedecemos.
Recuerde que Él es un padre bueno, que además es omnisciente y omnipotente, y
esa es una combinación invencible, no importa lo que venga contra nosotros.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria.
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