Josué 24:15
“… escogeos hoy a quién sirváis;
[…] pero yo y mi casa serviremos al Señor”.
Hace poco, vi una publicidad en la Web sobre un juego basado en
la mitología griega. Hablaba de ejércitos, dioses mitológicos, héroes y
conquistas. Lo que me llamó la atención fue cómo empezar a jugarlo. Te
inscribes por Internet, escoges tu dios y construyes tu imperio.
¡Vaya! «Escoger tu dios». Aunque
esas palabras se usaron al pensar en la publicidad, me impresionaron porque
reflejan uno de los peligros más tremendos del mundo en que vivimos. En un
juego, quizá no importe qué «dios» elijas, pero en la esfera real, esa elección
tiene consecuencias eternas.
A una generación de israelitas
rodeados por los dioses de su época, Josué les declaró que debían escoger su
dios, pero que no tenían que hacerlo con displicencia. Dio el ejemplo, al
expresar: «… escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron
vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los
amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos al Señor» (Josué
24:15).
Hoy, como en los días de Josué,
hay muchas opciones, pero solo una elección es sabia: el Dios verdadero. Josué
escogió correctamente: «serviremos al
Señor».
Lo
único que puede llenar el vacío de tu corazón es Dios.
LEA: Josué 24:14-18
“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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