De manera que ni Calvino, ni
Lutero ni ningún otro reformador que fueron hombres de Dios, pero al fin y al
cabo hombres (y se equivocaron en ocasiones), y mucho menos el Jesuita de Incógnito
Jacobo Arminio (ni su doctrina), ni Roma su empleadora, pueden salvar al
pecador, solo Jesucristo, el es el Señor de la Salvación y a él
honramos y a él exaltamos.
DE MANERA QUE CON TODA VERDAD DECIMOS:
¡No al híper-calvinismo y rotundamente no a su primo el Arminianismo!
En ambos esta implícita la salvación
por obras, una vil herejía e insulto a la obra bendita del Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario.
NOS QUEDAMOS CON EL MENSAJE DE LA BIBLIA , QUE DICE: “Este
Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a
ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:11-12.
¡Gloria sea Dios!, ¡Sublime Gracia de mi amado Señor y Salvador,
Jesucristo!
"Gracia y Paz"
Rafael Salinas V.
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