miércoles, 6 de junio de 2012

LA MANO DE DIOS


Juan 10:28
“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

Cuando salgo a caminar y tomo de la mano a mis hijos, siento el inmenso cariño que tengo por ellos e intento dar protección y seguridad al llevarlos junto a mí.  Aprovecho de conversar y dar tranquilidad durante el trayecto para que no tropiecen en el camino. 

Al tomarnos de la mano de Dios, nos asimos a su mano protectora, es la mano del Padre que ama a su hijo y lo dirige por sendas correctas mostrándoles sus propósitos, de los cuales uno de ellos es eliminar la ansiedad frente a lo desconocido, frente a nuestros planes, nuestros desafíos y nuestras metas.  Él no quiere que te pierdas en tus propios errores, o que te extravíes en tus malas decisiones. Dios te dice que Su mano es confiable y que te llevará a todo lo bueno. La mano de Dios está contigo y Él quiere tu bien. En el nombre del Señor, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

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