Génesis 6:11
“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de
violencia”
El libro de Génesis nos relata
que entre más se multiplicaba la humanidad en la tierra, más violenta ésta
llegaba a ser. “La tierra se corrompió delante de Dios, y estaba la tierra
llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y vio que estaba corrompida, porque
toda carne había corrompido su camino sobre la tierra” Génesis 6:11-12.
En estos últimos tiempos, existe
otro tipo de violencia que está aconteciendo. Podemos observar a hombres y
mujeres de Dios ejerciendo una fe agresiva. Este remanente santo está lleno de
Jesús, lo ama con todo su corazón. Estos creyentes ven al diablo malvado
atacándolos con todo su poder y saben que aún tienen que enfrentar mucho más
del infierno que cualquier otra previa generación.
Nuestro Señor Jesús dijo: “Desde
los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre
violencia, y los violentos lo arrebatan” Mateo 11:12.
Este remanente se va a levantar y
a decir, “Yo no voy a permitir que el diablo me robe el gozo y la paz. No le
permitiré que plante semillas de rencilla, muerte, odio o de violencia en mí.
¡No! Me voy a levantar y a través del poder de Jesús, vivir victoriosamente
ante toda impureza de satanás.
¡Querido santo, Dios quiere que
usted pelee! Si usted se ha sentido culpable de este tipo de violencia,
arrepiéntase rápidamente delante del Señor y obedezca su Palabra. Eso es todo
lo que Él pide. Permita que Dios ponga en usted un sello santo y una fe que
vayan más allá de lo que usted nunca antes haya conocido. Él quiere que usted
sea capaz de pararse firme en contra de las huestes malvadas de Satanás.
El único espíritu de violencia
que vamos a tener es el de una fe violenta. Ésta será fuerte, santa y vendrá
con gran fuerza en contra de las puertas del infierno y las ataduras del
enemigo. ¡Y por el poder de Dios, nosotros las derrotaremos todas en el nombre
de Jesús!
Salmos 14:1 El necio ha dicho en
su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido hechos abominables; no
hay quien haga el bien.
“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)
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