jueves, 10 de mayo de 2012



¿Has establecido tus prioridades?

Filipenses 2:12
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor”

Este pasaje dice enfáticamente que debemos ocuparnos de nuestra salvación "con temor y temblor." Esta expresión no expresa temor a perder la salvación (como algunos piensan), sino que muestra el extremo cuidado que debemos tener en conservar y cultivar el maravilloso regalo que hemos recibido. La prioridad del cristiano debe ser siempre la vida espiritual pues el éxito o el fracaso aquí en la tierra depende de cuanto la cuidemos o descuidemos.

Nuestros días se llenan de muchas actividades y ocupaciones, y muchas veces el tiempo no nos alcanza para llevarlas a cabo. Estas ocupaciones pueden ser obligatorias o voluntarias, buenas o malas, productivas o poco productivas, pero cada una de ellas requiere un tiempo en nuestra agenda. Por regla general la agenda diaria de muchos cristianos incluye muchas actividades menos la espiritual. Realmente les cuesta mucho trabajo cultivar su vida espiritual. Claro que esto no es extraño, pues una de las tácticas del enemigo de nuestras almas, el diablo, es precisamente ocuparnos lo más posible con cosas terrenales para que descuidemos las espirituales. El enemigo bien sabe que un cristiano que se ocupa diligentemente en su vida espiritual es un cristiano lleno del Espíritu Santo, que resulta inmune a sus ataques.

Jesús enseñó a sus discípulos el orden correcto al preparar su agenda diaria. En Mateo 6:33 les dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” "Estas cosas" son las cosas que normalmente ocupan el primer lugar en nuestro calendario: la comida, la bebida, el vestido, el transporte, las finanzas... cosas materiales cuya búsqueda requiere una gran cantidad de tiempo en nuestras vidas. El Señor les asegura que van a tener "todas esas cosas", que no les va a faltar nada que sea imprescindible si dan prioridad a buscar el rostro de Dios y a cultivar una relación íntima con él. El rey David, “varón conforme al corazón de Dios”, fiel siervo del Señor, pudo declarar con autoridad en el Salmo 23: “Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Y el apóstol Pablo en su carta a la iglesia de Filipos alaba la obra que ellos estaban haciendo y la generosidad que mostraron en momentos difíciles por los que Pablo estuvo pasando. Por eso les dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:10-19). Vemos claramente que cuando ponemos en primer lugar a Dios, él se encarga de suplir todas nuestras necesidades, tanto materiales como espirituales.

Es también parte del plan de Dios que nos ocupemos de nuestra familia. Así lo expresa el apóstol Pablo en su carta a los Efesios (capítulos 5 y 6). El matrimonio debe separar tiempo para ellos solos. También es sumamente importante compartir tiempo de calidad con los hijos mientras están en la casa, pues el tiempo vuela y cuando menos lo imaginamos parten para hacer sus propias vidas. En nuestro trabajo, el tiempo debe ser aprovechado al máximo para llevar a cabo nuestras responsabilidades de manera eficiente. Y no debemos olvidar dedicar tiempo a desarrollar un ministerio en la iglesia, donde sirvamos al Señor usando los dones y talentos que Dios ha dado a cada uno de nosotros.

Si estableces estas prioridades en tu agenda diaria, con seguridad vas a disfrutar de una vida bendecida. Hazte el propósito de dedicar más tiempo a la lectura de la Biblia y la oración diariamente. Una íntima comunión con el Señor te capacitará para organizar tu vida de manera tal que tus prioridades estén perfectamente en línea con la voluntad de Dios.

ORACION:
Padre Santo, te ruego que dirijas por medio de tu Espíritu Santo mi agenda diaria a fin de ocuparme en tus cosas en primer lugar, y ayúdame a poner mis otras responsabilidades en el orden correcto, de manera que tu nombre sea glorificado en mi vida. Por Cristo Jesús, Amén.

Gracia y paz
(Dios te Habla)

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