jueves, 19 de febrero de 2015

¿TIENES DUDAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS?



Salmos 111:3
“Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre”

¿De qué obras está hablando este salmo? El contexto da a entender de dos extraordinarias obras de Dios. La creación y la redención.

Sus obras son prueba contundente de su existencia. Tú no te atreverías a pensar que la sofisticada computadora portátil vino a existir como fruto de la evolución. Tiene que haber un fabricante detrás de todo. ¿Cómo es posible, entonces, pensar que el cuerpo humano y los asombrosos misterios de la naturaleza aparecieron en el universo por azar?

Si la computadora es la prueba de la existencia de un Ingeniero en informática, la creación es también la prueba de un Creador. De ninguna manera somos fruto de la casualidad. Sabemos de dónde venimos y, en consecuencia, la vida tiene sentido.

La Biblia enseña que cuando la obra maravillosa de la creación estaba concluida, vino el enemigo y echó a perder todo. Al introducir él la mancha del pecado condenó a la creación a su autodestrucción. El ser humano se iría deteriorando, consumido por su propio egoísmo y arrastraría a la naturaleza entera.

Entonces apareció nuevamente la mano misericordiosa de Dios. Nada está condenado, aunque el enemigo intente desfigurar sus planes divinos.

El plan de la redención es el programa de restauración de un mundo perdido. Es como si el artista reconstruyese una pintura famosa, deteriorada por las inclemencias del tiempo y del abandono.

Dios tiene el control del universo y de las vidas. Nada sucede sin su consentimiento. Todo es con un propósito o por una consecuencia. La justicia es la base del trono desde el cual Dios gobierna el universo. Las vestiduras divinas son su gloria y su majestad. Dios es excelso y grande. No conoce imposibles.

Por si acaso hoy estas pasando por una situación difícil ¿Cómo puedes tú pensar que esa circunstancia no tiene solución? ¡Mira las obras de Dios! Esas obras pueden ser realidad en tu vida si como hijo indefenso corres a los brazos protectores del Padre Celestial, porque: “Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre”.

¡Gracia y Paz!

Camino a Jesús

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