Génesis 35:2
“Vámonos a Betel. Allí construiré un altar
al Dios que me socorrió cuando estaba yo en peligro, y que me ha acompañado en
mi camino”.
¿Quién podría decir que no ha tenido problemas y
dificultades en su vida? Esto es inevitable, sin embargo debemos alzar la
cabeza y seguir adelante. A veces creemos que no vamos a poder con esa carga
porque es demasiado pesada; sin embargo, el apóstol Pablo nos dice en Filipenses
4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Si le te has desviado del camino o has tropezado con
piedras que te han hecho caer, El Señor te dice: “Arrepiéntete, pues, de esta
tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu
corazón” (hechos 8:22). Además: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que
debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti” (Salmo 32:8).
Seamos agradecidos con el Señor por tanta misericordia manifestada.
Constrúyele un altar en tu corazón y nunca dejes de lado los favores recibidos.
“Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo
103:2).
Amado Padre Celestial te doy gracias porque sé que en mi caminar
siempre vas a mi lado recordándome que no estoy solo. Gracias Señor porque a través
de todas las dificultades que estoy pasando puedo ver tu gloria. Ayúdame para
caminar tranquilo y sin temor; porque Tú eres mi fuerza y salvación. Quiero
construirte un altar en mi corazón para adorarte y darte toda la honra que sólo
tú te mereces. En Cristo Jesús, Amen.
¡Gracia y Paz!
C. Dora
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