Salmo 56:11
“En Dios he
confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?”
Mientras huía
del rey Saúl que lo quería matar, David fue a parar a la tierra de Gat. Allí,
al sentirse rodeado de filisteos por todas partes, él sintió mucho temor y
entonces escribió este Salmo, el cual se conoce como “La paloma entre extraños”
o “La paloma silenciosa en paraje muy distante”. Puesto que la paloma
representa la inocencia indefensa, es comprensible que David haya sido
comparado con ella. Sin embargo, aunque indefenso, David sabía que una fuerza
divina estaba obrando en su favor. Por eso pudo declarar: “En Dios he confiado;
no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?”
Etty Hillesum
era una joven judía que vivía en Amsterdam en 1942. En aquel tiempo, los nazis
estaban arrestando judíos y enviándolos como a ganado a los campos de
concentración. Mientras esperaba un arresto inevitable y sintiendo temor a lo
desconocido, empezó a leer la
Biblia , y conoció a Cristo. Simplemente puso su confianza en
Dios y encontró un valor que la dejó sorprendida. Entonces escribió en su
diario: “Desde todos los ángulos nos
viene la destrucción y pronto se cerrará el círculo y absolutamente nadie podrá
venir en nuestro auxilio. Pero no siento que estoy en las garras de nadie. Me
siento segura en los brazos de Dios. Y ya sea que esté sentada en mi viejo y
querido escritorio en el distrito judío, o en un campo de concentración bajo la
vigilancia de los guardias, me sentiré segura en los brazos de Dios. Porque una
vez has empezado a caminar con Dios, sólo necesitas seguir caminando con él, y
toda la vida se convierte en una larga y maravillosa caminata”.
Etty era una
imagen viva y genuina de la declaración del salmista: “En el día que temo, yo
en ti confío. ¿Que puede hacerme el hombre?” ¡Qué poderoso aliento para una
persona atacada por el temor! El apóstol Pablo, también producto de su propia
experiencia, muchos siglos después escribió en su carta a los Romanos: “¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
(Romanos 8:31).
Lamentablemente
en ocasiones nos olvidamos de Dios y ponemos nuestra confianza en alguna
persona, a la cual consideramos capacitada para ayudarnos a resolver nuestros
problemas. En este aspecto la
Biblia nos advierte de la siguiente manera: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que
confía en el hombre, y su corazón se aparta de Jehová. Será como un arbusto en
el desierto, y no verá cuando viene el bien. Bendito el varón que confía en
Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a
las aguas” (Jeremías 17:5-8). Ciertamente el Señor puede usar a alguna
persona para que nos ayude en medio de una difícil situación, pero nuestra
confianza debe ser depositada totalmente en las manos de Dios. Él sabe
exactamente qué debe hacer y tiene el poder para hacer todo lo que sea
necesario para sacarnos de la prueba victoriosamente.
¿Acaso te
encuentras en una situación que te llena de temor? ¿Sientes que no puedes hacer
nada para defenderte? Medita en esta enseñanza y confía plenamente en el Dios
todopoderoso. Repite en voz baja, creyéndolo en tu corazón: “Esto sé, que Dios
está por mí” Él no le falló a David, ni al apóstol Pablo, ni a Etty Hillesum,
ni te va a fallar a ti si tú pones en él toda tu confianza.
ORACIÓN:
Bendito Padre
celestial, confieso que muchas veces me agobian las circunstancias que vivo,
tengo miedo y no sé que hacer. Por favor, aumenta mi fe para que yo pueda
confiar totalmente en ti, y tener la seguridad de que si tú eres por mí,
entonces no hay nada ni nadie que pueda estar contra mí. En el nombre de
Jesucristo, Amén.
[Lee: Salmo
56:1-11]
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
te invito a que visites la
Pagina :
No hay comentarios:
Publicar un comentario