Que Dios la detesta. Punto. El hecho de que Dios en su palabra diga que
deteste a las personas orgullosas es para tomar medidas de precaución.
La definición de orgullo nos explica básicamente todo el problema del
orgulloso: exceso de estimación propia. Está bien que te quieras, pero no te
pases de la raya. Hay diferencia entre tener una autoestima sana y ser una persona arrogante. Claro que tenemos que
amarnos, pero ese amor hacia nosotros no debe excederse a nuestro amor hacia
Dios y debe ser igual que el amor que le tenemos a las demás personas.
Jesús nos dijo en Marcos 12:31 que “amarás a tu prójimo como a ti mismo” Ni
mas ni menos. Amar a los demás como a nosotros mismos impedirá que nos pasemos
de la raya amándonos tanto que la arrogancia tome un lugar en nuestra
personalidad.
Otro versículo es Romanos 12:3 que dice: “Digo, pues, por la gracia que me
es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de
sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la
medida de fe que Dios repartió a cada uno” Un versículo impresionante que solo
certifica lo que pienso: la
Biblia sirve para todo. No tengas un concepto de ti más alto
que el que debes tener. La
Biblia La Palabra Hispanoamérica lo dice de otra forma: “para
que a nadie se le suban los humos a la cabeza".
Recuerda que Dios no comparte su gloria con nadie. El ser orgullosos solo
demuestra que nos sentimos algo superiores a los demás y evidentemente no los somos.
Dios detesta a la gente orgullosa.
- Revísate y cerciórate de que el orgullo no este en tu vida.
- De ser así, arráncalo de una buena vez.
- Comienza a servir a otros.
- No importa si son más pequeños que tú.
- No importa si no tienen la edad que tú tienes.
- No importa si no tienen el conocimiento que tú tienes.
- No importa si no tienen la posición social, o en el trabajo, o en la iglesia que tú tienes. Ante Dios todos somos iguales.
Lucas 14:11
"Porque cualquiera que se enaltece será humillado; y el que se
humilla, será enaltecido"
No dejes que se te suba el humo al cerebro. Deja el orgullo para los que
quieren ser detestados por Dios.
“Gracia y Paz”
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