Romanos 12:2
“No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
¿Sabes de personas que aceptan a
Jesucristo como salvador, pero todavía hablan, piensan, y se comportan de la
misma manera que lo hacían antes de ser salvos?
Este escenario es muy común entre
creyentes y muchas veces la razón de esto es que no han logrado entender la
necesidad de renovar su mente.
La renovación de la mente es la
clave para vivir una vida de éxito como cristiano, así como el superar una
mentalidad que nos mantiene atados a estilos de vida incorrectos. Vemos muchas
personas que luchan con adicciones y toda clase de malos hábitos que en
apariencia no se pueden dejar, ellos están en tormento porque saben en su
interior que estas cosas son contrarias a la Palabra de Dios, pero simplemente no pueden
encontrar los frenos para parar esa situación.
Cada vez que vemos a alguien que
ha nacido de nuevo que aun participa activamente en un estilo de vida o hábito
que va en contra de la Palabra
de Dios, es su forma de pensar el principal problema. Debe haber un cambio en
su manera de pensar para alinearse con lo que Dios dice acerca de esa
situación. Sin este paso fundamental el proceso de desarrollo personal
cristiano se ve truncado pues no hay un cambio genuino y duradero.
¿Andar
en el Espíritu?
Caminar en el Espíritu es tener
una mentalidad que se alinea con la
Palabra de Dios, es un pensamiento que se somete a la manera
que Dios hace las cosas. Caminar en la carne es exactamente lo contrario, el
caminar en la carne significa tener una forma de pensar basada en lo que yo
quiero y en lo que el mundo quiere de mi lo cual va en contra de la Palabra de Dios. Ahora
bien nadie dice que sea fácil puesto que nuestra naturaleza humana hace que esto
sea un proceso lento y difícil, sin embargo lo que se necesita es constancia y
determinación que con la ayuda del Señor es alcanzable y real.
Es fundamental comprender que la
mente es el centro de control de nuestras vidas. Nuestros patrones de pensamiento
y creencias dominantes forman nuestro comportamiento y desafortunadamente,
antes de llegar al conocimiento de Jesucristo, la mayoría de nosotros estuvo
expuesto a una gran cantidad de ideas equivocadas de nuestro entorno, ya sea de
familiares, amigos o alguna otra fuente que quizás haya influido negativamente
en nosotros y se nos hicieron hábitos terribles que cuando llegamos a aceptar a
Cristo como nuestro Señor y Salvador nos cuesta dejar.
Transformación
Absoluta
Es emocionante saber que la
renovación de nuestra mente tiene el poder de transformar absolutamente toda
nuestra vida, lo cual quiere decir que podemos romper cualquier hábito o
conducta y tomar decisiones de calidad basadas en la Palabra de Dios.
La renovación de la mente no es
un evento de una sola vez, sino que es un proceso continuo que debe seguir el
resto de nuestras vidas. Podemos renovar nuestras mentes hasta el punto que
incluso nuestros pensamientos subconscientes futuros y respuestas automáticas
se alineen con la Palabra
de Dios, porque lo convertimos en una practica diaria de nuestras vidas.
¿Cómo
lo hago?
Tu puedes pensar que tu situación
es tan mala que tu simplemente no puedes cambiar. Quiero darte una buena
noticia hoy, muchos hemos podido cambiar y hemos salido quizás de situaciones
peores que la tuya, por lo tanto si nosotros pudimos con la ayuda de Dios tus
también puedes.
En primer lugar, pídele a Dios
que te ayude en tu deseo de querer cambiar. Así es, tu tienes que querer
cambiar ante todo, no por obligación sino por convicción personal.
Haz un compromiso con el proceso
de cambio. No te rindas en esos días de desanimo, sigue adelante.
Busca escrituras en la Biblia que traten de tu
situación, analízalas y conviértelas en una prioridad de meditación.
Habla con Dios a diario, Él te
ayudará a encontrar respuestas.
Cuando tu comiences a pensar,
hablar, comer y respirar la
Palabra de Dios, tu comenzarás a vivir el cambio y cuando te
veas tomando decisiones alineadas con la Palabra de Dios y hablando y pensando diferente,
te darás cuenta de que la renovación de tu mente está dando sus frutos.
“Gracia y Paz”
Juan Carlos Sancho
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