Proverbios 17:17
“En todo tiempo ama el amigo, Y
es como un hermano en tiempo de angustia”.
Proverbios 18:24
El hombre que tiene amigos ha de
mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano”.
Las amistades son unos de los
tesoros más valiosos. Mantener a nuestro lado amigos de verdad —esos que reirán
con nosotros en los tiempos buenos y que se mantendrán a nuestro lado en las
pruebas— requiere un compromiso compartido y una inversión de tiempo y energía.
Las buenas relaciones florecen con…
Transparencia.
Debemos ser sinceros con los amigos y animarlos a ser veraces con nosotros.
Para preservar un vínculo fuerte, no podemos ocultar las heridas que pueden
habernos causado. La transparencia puede ayudar a que las personas sean
mejores. Una relación sólida permite a cada parte señalar con delicadeza los
errores en la vida de la otra persona y ofrecer una amorosa rectificación.
Tiempo
y comunicación. La amistad genuina requiere tiempo para desarrollarse.
Tenemos que estar dispuestos a dejar de lado otras obligaciones y priorizar el
pasar tiempo juntos para compartir nuestras opiniones y deseos, y para hacer
preguntas que estimulen a nuestros amigos a hablar de lo que hay en sus mentes
y corazones.
Gratitud.
A todos nos gusta sentirnos apreciados. Expresar gratitud cuando los amigos son
útiles, les permite saber que estamos agradecidos de tenerlos en nuestra vida.
Además, confirmamos que les amamos cuando les decimos lo mucho que disfrutamos
de cierto aspecto de su personalidad, o recordamos una ocasión que es especial
para ellos.
Ser un buen amigo es una manera
de servir a Dios. Él nos creó para relacionarnos con los demás, y por eso
debemos dar lo mejor de nosotros a cada amigo que Él haya puesto en nuestra
vida.
Eclesiastés 4:9-10
“Mejores son dos que uno; porque
tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su
compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo
levante”.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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