Juan 17:4
“Yo te he glorificado en la
tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese”.
Honramos a Dios cuando tenemos
tareas y metas buenas, y las cumplimos. Jesús glorificó al Padre los treinta y
tres años con una vida perfecta aquí en la tierra. Ahora le esperaba la lucha
en Getsemaní, el ultraje de su arresto, la burla del juicio ante Pilato, y la
agonía de la crucifixión. Tan fijo fue su propósito de llevar a cabo todo lo
que le quedaba delante que podía decir, “He acabado la obra que me diste”.
Dios tiene una obra para nosotros;
que “vivamos en este mundo “templada, justa y píamente” (Tito 2:12), dejando
brillar nuestra luz delante de los hombres, para que puedan ver nuestras buenas
obras y glorificar a nuestro Padre que está en los cielos. De esta manera
nuestra vida y nuestro ejemplo dirán a todo el mundo, “Jesús es mi Señor y mi
Salvador; yo le sirvo y le honro a Él, y es el propósito de mi corazón
agradarle y servirle en todo”. Así podremos decir, “He acabado la obra que me
diste que hiciese.”
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día
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