Padre santo, una vez más te doy
gracias por tu palabra, que es viva y eficaz, y penetra hasta lo más profundo
enseñándonos y preparándonos para la lucha de este mundo. Te ruego que
fortalezcas mi espíritu para echar de mí todo pecado por inofensivo y simple
que me parezca. Ayúdame a rechazar de inmediato todo aquello que no glorifica
tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.
"Gracia y Paz"
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