Lucas 14:13-14
“Mas cuando hagas banquete, llama
a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado…”
Qumrán era una comunidad judía
del siglo I que se había aislado de las influencias externas para prepararse
para la llegada del Mesías. Estaba sumamente consagrada a una vida devocional,
a los lavados ceremoniales y a un estricto cumplimiento de reglas de conducta.
Según documentos encontrados, prohibía la entrada a los cojos, a los ciegos y a
los paralíticos. Este principio se basaba en que todo aquel que tuviera una
«marca» corporal estaba ceremonialmente contaminado. Durante sus comidas
comunitarias, los discapacitados nunca aparecían en la lista de invitados.
Irónicamente, en esa misma época,
el Mesías de Israel llevaba a cabo su ministerio en las ciudades y las aldeas
de Judea y de Galilea. Jesús proclamaba el reino de su Padre, brindaba
enseñanzas y consuelo, y hacía milagros extraordinarios. Para sorpresa de
todos, declaró: «Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los
cojos y los ciegos; y serás bienaventurado…» (Lucas 14:13-14).
El contraste entre las palabras
de Jesús y la lista de invitados de la «elite espiritual» de Qumrán nos deja
una enseñanza. A menudo, nos gusta tener comunión con personas que lucen,
piensan y actúan como nosotros, pero nuestro Señor nos exhorta a ser como Él y
a abrirles la puerta de nuestro hogar a todos.
«El evangelio inclusivo no puede
ser comunicado por personas excluyentes». —George Sweeting
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LEA: Lucas 14:7-14
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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