Efesios 5:33
“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer respete a su marido”.
Un hábito es una costumbre que se
forma con un esfuerzo inicial y se pule con el tiempo.
Todos los seres humanos
necesitamos formar hábitos que nos permitan ser mejores personas, tener mejores
matrimonios y tener vida saludable en todos los aspectos. Veamos tres hábitos
fundamentales para establecer en tu matrimonio y una familia saludable.
1.-
La unidad de un matrimonio desde la perspectiva del Creador debe establecerse
sobre fundamentos espirituales. La unidad espiritual en un matrimonio
genera un ambiente de estabilidad emocional a pesar de las circunstancias que
rodeen la relación. Una buena unidad espiritual es el fundamento imprescindible
de una buena relación emocional.
En otras palabras, cuando en un
Matrimonio hay una unidad espiritual sólida, tendrán la capacidad de manejar
los conflictos y las diferencias de una mejor manera; tendrán mayor tolerancia
y serán capaces de perdonarse con más facilidad. Para lograr una buena unidad
espiritual, es necesario que establezcan hábitos de vida espiritual como
asistir juntos a la iglesia, orar juntos, leer la Biblia juntos, y compartir
principios bíblicos de vida. Estos hábitos de vida espiritual, les permitirá
manejar las circunstancias y los conflictos sin necesidad de enojarse ni
ofenderse.
2.- El segundo hábito fundamental: comunicarse correctamente.
Para eso deben crear el hábito de escucharse mutuamente con atención y
paciencia. La mayoría de matrimonios no tienen este hábito. Pero es vital para
tener una buena relación. Al escucharse con atención y paciencia, van a tener
la oportunidad de expresar los sentimientos libre y sinceramente y eso los
acercará y fortalecerá la relación emocional de la pareja. Tomar en cuenta la
opinión y el criterio del cónyuge es un excelente hábito que les evitará muchas
discusiones. Cambie entonces el hábito de gritar y de interrumpir a su cónyuge,
por un hábito de escuchar con paciencia y tomar en cuenta sinceramente la
opinión de su cónyuge.
3.- El tercer hábito de vida matrimonial: alimentar la relación. Es muy
importante que como pareja tengan un tiempo a la semana para compartir juntos,
en plan “cita”. Salir a cenar, caminar por la playa o un parque tomados de la
mano, tomar un helado juntos, etc. Este tiempo deben aprovecharlo para
conversar de sueños, proyectos de vida, arte, estudios, temas espirituales,
pero sobretodo de sentimientos mutuos. No usen este tiempo para hablar de otros
temas.
Cuando una pareja desarrolla
estos tres hábitos de vida, la probabilidad de que tengan una relación
saludable es muy alta. Podrán disfrutar de las cosas buenas de la vida y
enfrentar las dificultades con más sabiduría. Como todo hábito requiere
esfuerzo y perseverancia y en no pocas ocasiones requiere ayuda calificada. Habla
con tu cónyuge hoy mismo, pídanse perdón primero y tomen la decisión de
establecer nuevos hábitos de vida espiritual y emocional para fortalecer su
relación sólidamente. Busquen ayuda capacitada que les enseñe a desarrollar
estrategias para lograrlo.
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).
Tu
matrimonio y tu familia es el tesoro mas valioso que Dios te ha dado. Cuídalo!
Leer: Efesios 5:21-33.
“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio
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