1 Samuel 15:22-23
“Y Samuel dijo: ¿Se complace
Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las
palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el
prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de
adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por
cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que
no seas rey”.
(Lea por favor 1 Samuel 15:1-23)
Cuando Dios le llama a hacer algo
específico, ¿cómo responde usted? La mayoría de nosotros no le levantaría el
puño y le gritaría: “¡No voy a hacerlo!” En vez de eso, luchamos con la idea
durante algún tiempo. A veces discutimos, diciéndole todas las razones de por
qué no surtirá efecto el plan de Él. Otras veces, empezaremos a dudar de que
escuchamos bien, y luego negaremos que incluso nos llamó. O podríamos
reaccionar como Jonás, y simplemente correr en la otra dirección (Juan 1:2-3).
Pero hay otra respuesta que
muchas veces es tan sutil, que ni siquiera la reconocemos como desobediencia.
Sustituir el plan de Dios por el nuestro es una manera de parecer obedientes,
evitando así hacer lo que no nos gusta. Fue así como respondió Saúl a la orden
del Señor. A sus ojos, reservarse algunos animales para ofrecerlos en
sacrificio al Señor parecía una idea mejor que la de Dios.
El pecado de Saúl nos parece
evidente, pero con frecuencia no estamos conscientes de la manera como
reaccionamos a sustituciones similares.
Quizás Dios le está llamando a
servir de una forma particular, pero, por temor, decide servir en un área menos
difícil. O tal vez dedica mucho tiempo a su trabajo, para que el Señor no note
que está descuidando a su familia. A veces, hemos mezclado tanto nuestros
planes con los de Él, que ya no somos capaces de ver la diferencia.
Al ofrecer un “mejor” plan,
estamos resistiendo callada y sutilmente el llamado de Dios de vivir plenamente
dedicados a Él. No hay manera de que nuestro plan sea mejor que el que Dios
tiene para nosotros. Quienes tratan de alterarlo tienen vidas sin poder, porque
la obediencia a medias es desobediencia.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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